Juicio por estafa contra un abogado que cobró 50.000 pesetas para obtener una libertad provisional por medios irregulares
El Ministerio Fiscal solicitó ayer al titular del Juzgado número 19 de Madrid, Manuel Antón de la Fuente, la pena de tres meses de arresto para el abogado Emilio Palazuelos, a quien acusó de un delito de estafa en la cuantía de 50.000 pesetas recibidas de la madre de un procesado, a la que incitó a que le entregara dicha cantidad para utilizar medios irregulares a fin de conseguir rápidamente de la Justicia la libertad provisional para su hijo. Palazuelos, que se defendió a sí mismo, negó los hechos que se le imputaban y atribuyó la denuncia formulada contra él por el sacerdote Enrique de Castro al propósito de desprestigiarle. El juicio quedó visto para sentencia.
Según los testimonios de la presunta víctima, Soledad Delgado; su hija, Soledad Carrasquilla; un familiar de ambas, Manuel Ramírez, y las dos personas que formularon la denuncia -el sacerdote citado y la joven María Gracia González Monseny, ambos pertenecientes al grupo parroquial de ayuda a los jóvenes marginados, con sede en el madrileño barrio de Vallecas-, Emilio Palazuelos estableció contacto en la prisión de Carabanchel con José Manuel Carrasquilla, quien facilitó al citado abogado el teléfono de su domicilio.De acuerdo con esta versión de los hechos, asumida sustancialmente por el fiscal, Palazuelos se ofreció como abogado a la madre de Carrasquilla, que hasta ese momento había encargado la defensa de su hijo a la letrada Pilar Tablada, que había considerado difícil la obtención de la libertad provisional, dado el gran número de causas pendientes contra el joven. En cambio, Emilio Palazuelos manifestó a Soledad Delgado que, a pesar de la dificultad del caso, gracias a sus 16 años de ejercicio profesional -en contraste con la abogada citada, que era "nueva"-, podría obtener la libertad provisional de su hijo antes de seis meses.
Entre otros argumentos, Palazuelos invocó -siempre según la versión de la parte supuestamente estafada- su amistad con el titular del Juzgado número 22, con quien "jugaba al golf" los fines de semana, y las buenas relaciones cen el juez y el fiscal del número 6, así como la posibilidad de que "se quemen papeles" en los juzgados, lo que facilitaría la libertad del procesado. En concepto de honorarios pidió 100.000 pesetas, de las que debían anticiparse 50.000 inmediatamente para las primeras gestiones, ya que para mover el asunto en los juzgados era necesario "ir saludando con una mano y dando un billete con la otra". Abonadas las 50.000 pesetas, y dado que transcurridos varios meses no existían noticias de que la tramitación de la libertad provisional hubiera prosperado, la madre de Carrasquilla insistió reiteradamente ante Palazuelos y, ante la ineficacia de sus ruegos, contó lo sucedido a Enrique de Castro y María Gracia González, quienes formularon la denuncia que desencadenó el procesamiento y juicio del abogado.
"No es un caso aislado"
En su declaración en el juicio, el denunciante y sacerdote Enrique de Castro explicó que su decisión de presentar la denuncia estuvo motivada por el hecho de que no se trata de un caso aislado, sino de una práctica en la que incurren algunos abogados y que debe desenmascarse en beneficio de la correcta administración de la justicia.A preguntas del procesado y defensor, el sacerdote recordó a Palazuelos que había tratado de convencerle de que retirara la denuncia con el argumento de que era "católico y nunca había tratado de engañar a nadie y que, a causa de este asunto, no dormía y le había aparecido una úlcera de estómago".
En un momento. del interrogatorio a Enrique de Castro, el juez pidió concisión a Palazuelos y calificó de "impertinentes" algunas preguntas sobre el funcionamiento del grupo de atención asistencial y jurídica a los marginados y sobre el asesoramiento del mismo para la elección de abogados que, en algunos casos, no perciben sus honorarios.
El abogado procesado solicitó la comparecencia de un compañero de prisión de Carrasquilla, Antonio Pérez Barba, actualmente en libertad provisional bajo fianza, quien aseguró que Palazuelos es muy buen abogado y que no le ha engañado. La madre de este testigo, Antonia Barba, reveló, por su parte, que Emilio Palazuelos ha pagado parte de la fianza de 400.000 pesetas, decretada judicialmente para la obtención de la libertad provisional de su hijo.
En su informe final, Palazuelos descalificó todos los testimonios en contra suya, invocó como único neutral el de Antonio Barba y explicó que el pago de parte de su fianza responde a que "este letrado, aunque no pertenece a ningún colectivo, es católico, cree en Dios y existen ingentes masas ante las que tengo cartel de buen profesional".
Por su parte, el fiscal se ratificó en la aceptación de los hechos denunciados, que consideró suficientemente probados durante la vista y señaló que "no estamos en la Edad Media y la ley ha de ser igual para todos".
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