Las negociaciones de Ginebra sobre misiles nucleares de alcance medio, se dan ya por "muertas y enterradas"
Las conversaciones de Ginebra sobre reducción de armas nucleares de alcance medio (INF) están "muertas y enterradas" después de la maratoniana entrevista mantenida el pasado miércoles en Estocolmo por los ministros de Asuntos Exteriores de Estados Unidos y la URSS, George Shultz y Andrei Gromiko, respectivamente, según comentaron ayer fuentes occidentales. La reunión sirvió, sin embargo -añaden las misma fuentes-, para frenar el deterioro de las relaciones entre los dos países.
George Shultz manifestó ayer en Oslo, donde hizo una breve escala en su viaje de regreso a Washington, que a lo largo de su conversación con Gromiko no observó "absolutamente ningún cambió de postura" por parte de la Unión Sovíética respecto a las conversaciones de Ginebra, de las que Moscú se retiró el pasado mes de noviembre como protesta por el inicio del despliegue de los nuevos misiles norteamericanos en Europa.Como compensación, Andrei Groimiko repitió en la noche del miércoles a su colega de la República Federal de Alemania, HansDietrich Genscher, que la Unión Soviética está dispuesta a reanudar las conversaciones de Viena sobre reducción de armamento convencional (MBFR). Fuentes occidentales añadieron que el Pacto de Varsovia, concretamente Checoslovaquia, ha propuesto ya la fecha del próximo 15 de marzo para el reinicio de estas conversaciones, suspendidas el pasado 15 de diciembre hasta fecha no prevista después de 10 años de diálogo sin resultados.
En su discurso de ayer en Estocolmo ante la Conferencia sobre Desarme en Europa (CDE), Genscher dijo que "la continuación de las MBFR en Viena es urgente" porque "incluso una guerra exclusivamente con armamento convencional sería cientos de veces más horrorosa que la segunda guerra mundial". Según Genscher, las armas nucleares "han servido a Occidente, desde la segunda guerra mundial, como contrapeso a su inferioridad en armamento convencional", por lo que "cuanto más se reduzca la superioridad del Este en armas convencionales, menos tendremos que depender de las armas nucleares".
Tanto su vuelta a las conversaciones de Viería como la buena disposición demostrada por la URSS para la búsqueda de acuerdos sobre medidas de confianza en la conferencia de Estocohno responde, según la versión de los observadores en la capital sueca, al propósito de Moscú de ofrecer ante la opinión pública europea una imagen de flexibilidad en los foros considerados menores. Paralelamente, la Unión Soviética parece buscar una nueva vía para negociar sobre armas nucleares con Estados Unidos bajo condiciones distintas a las que hasta ahora caracterizaban a las INF y a las conversaciones sobre reducción de armamento estratégico (START).
Una de las eventuales fórmulas queya ha sido sugerida por personalidades internacionales, como el ex secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger, sería la unificación de todas las conversaciones de desarme en una sola conferencia.
Un nuevo clima
Las cinco horas y cuarto de diálogo entre Shultz y Gromiko han servido, en todo caso -y en esto coinciden en Estocolmo tanto fuentes del Este como de Occidente-, para imponer un nuevo clima, algo más relajado, en las relaciones entre Moscú y Washington. Shultz dijo ayer en Oslo que "no se llegó a nada concreto porque tampoco se trataba de obtener nada concreto; más bien se pretendía tranquilizar a la opinión pública, tanto europea como norteamericana, que consideraba que el enfrentamiento dialéctico estaba yendo demasiado lejos".
La Administración norteamericana, en año electoral, estaría también interesada en conseguir una disminución de la tensión internacional una vez desplegados los euromisiles, ya que esto daría, de alguna manera, la razón al presidente Ronald Reagan, que siempre ha dicho que la instalación de los nuevos misiles norteamericanos en Europa permitiría negociar desde una posición de fuerza con la Unión Soviética.
Hans-Dietrich Genscher elogió ayer en su discurso el hecho de que la CDE "esté siendo utilizada para conitinuar el diálogo entre Estados Unidos y la Unión Soviética". Según dijo Shultz en Oslo, su próxima reunión con Gromiko podría tener lugar este verano en las Naciones Unidas.'En otro momento de su alocución, el ministro de Asuntos Exteriores de la RFA dijo que "mi país, situado en el corazón de Europa, en la línea divisoria entre Este y Oeste, está particular y seriamente afectado por el peligro de inestabilidad y enfrentamiento". "El pueblo alemán sufre más la división de Europa porque esto significa también la separación entre los alemanes".
Genscher se refirió al conjunto de medidas que deberían ser discutidas en la conferencia de Estocolmo para "disminuir el riesgo de un ataque por sorpresa" y estimó que ello permitiría "crear una mejor base para la realización de esfuerzos serios en todos los demás aspectos de reducción de armas". El ministro germano occidental advirtió, no obstante, que "la RFA renunció a la posesión de armas nucleares, pero no al derecho de vivir libre de una amenaza nuclear", y añadió inmediatamente que "los misiles SS-20 de la Unión Soviética constituyen esta.amenaza".
Genscher aseguró que " queremos desarrollar más en todos los aspectos las relaciones bilaterales con todos nuestros vecinos del Este, sobre la base de los tratados alcanzados con ellos. Nosotros, los germanos, en los. dos Estados alemanes, somos conscientes de nuestya responsabilidad para la paz".
Por otra parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Canadá, Allan MacEachen, maniféstó ayer en una conferencia de prensa que la visita del primer ministro canadiense, Pierre Trudeau, a Moscú, que tuvo que ser suspendida por la enfermedad del máximo dirigente soviético, Yuri Andropov, podría levarse a cabo en "unas pocas semanas", lo que ha servido a los observadores para marcar el plazo de reaparición deljefe del Estado de la URSS, al que no se ha visto ni oído desde el pasado 18 de agosto.
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