Las efectivas y dañinas armas químicas
Las armas químicas son sustancias tóxicas utilizadas contra el hombre con el fin de disminuir o eliminar su capacidad de acción al actuar sobre determinados tejidos, órganos o funciones. También se emplean contra animales y vegetales con el fin de debilitar la economía del país atacado y para eliminar tanto la fuente de abastecimiento de alimentos del enemigo como la vegetación que favorece las emboscadas de grupos guerrilleros.Dentro del grupo de armas químicas dirigidas contra el hombre se pueden distinguir varios familias:
- las irritantes, de efecto pasajero, cuyo ejemplo clásico es el de los gases lacrimógenos utilizados por las fuerzas de seguridad en las manifestaciones y cuyo tiempo de acción varía en función de la cantidad y el tipo de gas utilizado.
- las que actúan sólo sobre la materia viva destruyendo la estructura celular de los tejidos alcanzados. Las quemaduras que producen en la piel y en las mucosas son raramente mortales si las vías respiratorias se hallan debidamente protegidas, pero requieren un largo período de cura.
- las asfixiantes, como los gases utilizados durante la primera guerra mundial, tipo del cloro o el fosgeno, que actúan principalmente sobre los pulmones.
- las que incapacitan a los individuos eliminando sus capacidades físicas -dificultades en la visión o en el oído, parálisis temporales o convulsiones pasajeras, imposibilidad de mantenerse en pie, estado de indiferencia- o mentales. El más conocido es el LSD. La exposición continuada a estos gases puede provocar una alteración en los cromosomas y perturbaciones psíquicas prolongadas.
- las neurotóxicas, las más dañinas, que con cantidades mínimas (la dosis mortal oscila entre un quinto de miligramo y un miligramo, según los tipos) actúan sobre los músculos y causan una muerte rápida. Entre los más conocidos se hallan el Sarin y VX, de fabricación norteamericana, y el Somán, de fabricación soviética. El gas actúa sobre un enzima y poco a poco bloquea todo el sistema nervioso. La respiración del individuo se paraliza al tiempo que se acelera la transpiración. La pérdida de visión va acompañada de contracciones musculares, vómitos, violenta tos y convulsiones.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.