Aprobado el diseño de las Instalaciones olímpicas de la candidatura de Barcelona

El anillo olímpico de Montjjuïc, que agrupa las principales instalaciones deportivas de la candidatura olímpica de Barcelona -estadio, palacio de deportes y un sub-centro de Prensa- será diseñado por el equipo de arquitectos Correa-Milá-Margarit-Buxcadé, por decisión del Consejo Rector que prepara dicha candidatura. Cinco de los seis equipos de arquitectos que aceptaron la invitación piara presentar un proyecto de ordenación de la montaña de Montjuïc, obtuvieron algún en cargo. El proyecto de la primera de las instalaciones que se construirán, el pabellón de deportes, ha sido elaborado por el prestigioso arquitecto japonés Arata Isozaki.

El Consejo Rector de la candidatura barcelonesa aprobó los anexos del Anteproyecto Olímpico que serán distribuidos, a partir de ahora, entre los federaciones y organismos implicados antes de emprender la redacción del proyecto definitivo, que se espera varíe muy poco respecto al texto aprobado ayer. Las únicas dudas que persisten son la del escenario de las pruebas de vela y la ubicación de la piscina olímpica (no se ha decidido aún si ésta se construirá en Poble Nou o si se remodelará la actual Picornell, en el anillo olimpíco). La aprobación, por unanimidad, del Anteproyecto coincidió con el anuncio por parte de Holanda de su intención de presentar una candidatura para estos Juegos de 1992, aunque aún se desconoce si para La Haya o Amsterdam.También por unanimidad, el pleno del Consejo Rector aceptó la resolución de la Comisión Técnica Cualificadora de los proyectos presentados al concurso internacional de ideas para la ordenación del anillo olímpico de la montaña de montjuïc. Los equipos dirigidos por Vittorio Gregotti (Italia), Ricardo Bofill (España), Arata Isozaki (Japón), Federico Correa (España), Richard Weidle (Alemanía) y Francisco Javier Saénz de Oiza (España) aceptaron la invitación de la Oficina Olímpica y presentaron sus ideas, por las que: recibieron cada uno tres millones de pesetas. Excepto Francisco Javier Saénz de Oiza, todos han obtenido algún encargo concreto, aunque las propuestas del arquitecto madrileño formarán parte de la exposición itinerante (comenzará en el Colegio de Arquitectos de Barcelona y seguirá por Madrid y Sevilla) que organizará la Oficina Olímpica.

El proyecto presentado por un equipo formado por cuatro catedráticos de Arquitectura de Barcelona (Correa-Milá-Margarit-Buxadé) fue elegido como autor del diseño global del anillo olímpico por ser -según afirmó el alcalde Pasqual Maragall, en la conferencia de Prensa celebrada para presentar los resultados del concurso- el que "respeta más el carácter ciudadano de Montjuïc como parque y el que interrelaciona mejor su función como espacio verde con su objetivo deportivo". En función de este ordenamiento "más asequible a la candidatura que el resto de ideas, más grandilocuentes y espectaculares", se concedió la construcción del pabellón de deportes al japonés Arata Isozaki (que la próxima semana llega a Barcelona para comenzar a trabajar en el proyecto, que no será el que presentó sino uno nuevo, el suyo adaptado al diseño general ganador y al presupuesto de 3.000 millones, frente a los 4.000 millones que costaba su idea inicial), a Ricardo Bofill la realización del sub-centro de Prensa (que posteriormente se convertirá en el centro de la INEF, en el marco de la Universidad del Deporte, el sueño de Maragall para el futuro de Montjuïc) y a los equipos de Vittorio Gregotti y Federico Correa la construcción del estadio. Al alemán occidental Richard Weidle se le nombrará consultor permanente en temas de ingeniería deportiva. A pesar de los méritos reconocidos a todos los concursantes, las adjudicaciones comportan la elaboración de nuevos proyectos conforme al diseño ganador.

Un gran jardín

Las dos grandes características del diseño del equipo de Federico Correa son la disposición abierta del conjunto y la posición emergente del estadio que condiciona las alturas del resto de instalaciones, que siguen una curva descendente. "La gran alternativa era la de conservar o no el viejo estadio en su actual ubicación", afirma Correa, "nosotros nos decidimos (todos los concursantes lo hicieron) por mantener la imagen histórica y ciudadana". Una de las ventajas del proyecto ganador es, según los técnicos que lo dictaminaron, su disposición abierta, que ha permitido desglosar las diferentes construcciones. La explanada olímpica tiene tres niveles con amplios espacios abiertos, y finalizaron una plaza circular que permitirá, en opinión de los autores, su conversión en un gran jardín ciudadano tras los Juegos.