"Soy un bailarín americano con sensibilidad latina"
Fernando Bujones, figura invitada en el estreno
Cuando Fernando Bujones pone el pie en el escenario, el público del American Ballet Theatre de Nueva York agranda los ojos y suspende la respiración. El paso a dos de Don Quijote está compuesto de arrogancias terrenales y de vuelos de águila que Bujones desarrolla con brillantez, fulgurante. Bujones, nacido en Miami hace 29 años, se auto define como "bailarín americano con sensibilidad latina". De ascendencia cubana, es una primera figura de la danza mundial. Esta semana interviene como artista invitado, con Cynthia Gregory, junto al Ballet Nacional de España-Clásico. Bujones y Gregory bailarán Don Quijote, El cisne negro y Grand pas de classique.
Moreno, de enormes ojos oscuros y dulce pronunciación tropical, Fernando Bujones es el ídolo de la balletomanía de Nueva York. Su orgullo profesional y su rigor en el escenario delatan que es un típico producto de la disciplina anglosajona. Pero la mezcla entre el sensual brío latino y la acabada formación técnica es la clave de su éxito."Mis padres son cubanos con ascendencia gallega, mi mujer es sudamericana, hablo español, algunas de mis costumbres son hispanas y mi temperamento artístico es latino", dice Fernando Bujones. "Cuando cumplí los 17 años decidí que había llegado el momento de entrar en una compañía profesional. Elegí el American Ballet Theatre. Su repertorio es el clásico, el que a mí me interesa. En 1972 entré en el cuerpo de baile, en el 73 era solista y en el 74 fui a las competiciones de Varna. Yo había leído mucho sobre esas competiciones, tenían mucho prestigio y eran mi gran ilusión. Había dos secciones: junior, para participantes entre los 15 y los 19 años, y senior, para participantes entre los 20 y los 28 años. Yo participé como senior aunque sólo tenía 19 años. Gané la medalla de oro. Soy el primer americano que la ha conseguido. Cuando regresé al American Ballet Theatre fui promovido a primer bailarín".
Pregunta. ¿Qué interpretó usted en Varna?
Respuesta. Solos de El cisne negro, La fille mal gardée, El corsario Fancy free, La bayadere y Don Quijote. Varna me mostró a un jurado y a un público cosmopolita. Fue el inicio de mi carrera internacional La competición fue en julio; en abril había bailado por primera vez en Londres en una gala para la princesa Margarita, en la que también obtuve un éxito importante En 1977 fui al Festival de Edimburgo; en 1978, a la ópera de Viena; en 1979, a Stuttgart, y, en 1980, a la ópera de París. También he actuado en la ópera de Berlín y en la Scala de Milán.
P. En 1974 estalló la bomba Bujones. Simultáneamente estalló otra llamada Barichrtikov y fue entonces cuando usted dijo aquella famosa frase: "Barichnikov tiene la publicidad, pero Bujones tiene el talento".
R. Claro, Barichriikov tenía la fama, era primer bailarín del Kirov, su fuga a Occidente puso en movimiento muchos intereses financieros, publicitarios e incluso personales. Todo aquello no me pareció justo. Por entonces, Cynthia Gregory, Martine van HameI, yo y otros estábamos demostrando que no hacía falta ser rusos para ser grandes virtuosos; que la técnica americana es la más limpia de cuantas existen; que la escuela americana, por ser la suma de lo mejor de las otras, es la más completa y la más versátil.
P. ¿Cómo son ahora sus relaciones con Barichnikov?
R. Muy tranquilas y muy profesionales. Él es director del American Ballet Theatre, por tanto tengo que trabajar con él. Son unas relaciones respetuosas.
P. ¿Cree que ha reconocido que Bujones es Bujones?
R. Yo creo que sí. De todas formas es problema suyo. Lo que importa es lo que piensa el público y lo que dice la crítica.
Influencia de Nureyev
P. Usted parece guardar intacta su capacidad de admiración y gratitud para los otros profesionales.R. Erik Bruhm fue uno de los grandes bailarines de nuestra época, pero desgraciadamente no tuve la oportunidad de verlo. Cuando yo comenzaba él se estaba retirando. Su aportación fue muy importante; en la labor de montaje lo sigue siendo. A mí me ayudó muchísimo en La Sílfide y en Miss Julie. Rudolf Nureyev ha sido mi gran ídolo. Fue importantísimo; introdujo la fuerza en la danza masculina, revitalizó el ballet clásico, lo puso de moda. El público español encontrará en mi manera de caminar por el escenario, en mi manera de bailar, de expresarme, una gran influencia de Nureyev. Barichnikov también ha sido importante, pero no ha tenido la fuerza de Nureyev.
P. Prefiere usted el repertorio tradicional. ¿Por qué?
R. Porque es la base, porque es el más difícil y porque proporciona el máximo desarrollo técnico. No pienso que ese repertorio esté alejado de la vida actual, como no lo está ningún clásico de la literatura, la pintura o la música. Todo depende de cómo se interprete ese repertorio. El repertorio tradicional debe tener la facultad de ahondar en los grandes ballets románticos, para abarcar todos los tiempos, y sobre todo, está claro, el nuestro. Quizás en este momento prefiero La Bayadere, es una obra maravillosa, impregnada de religiosidad hindú, delicada y fuerte. ¡Cuánto me gustaría bailar el paso a dos de La Bayadere en Granada!
P. ¿Qué opina de Balanchine, Bejart, Robbins, Graham?
R. Me gusta mucho Balanchine. Trabajé con él y he bailado algunas obras suyas. Era un hombre sumamente inteligente, con concepciones muy amplias, con un prodigioso sentido musical. Estuve a punto de bailar el Apolo Musagette, pero tuvo una de sus neurosis y la retiró del repertorio del American Ballet Theatre. De Bejart tengo que decir que es una figura sumamente importante, es un genio teatral, sabe cómo utilizar luces, cuerpos, atmósferas, todo, para provocar toda clase de sentimientos en el público. Sus coreografías para La consagración de la primavera, El bolero, El pájaro de fuego, etcétera, son obras maestras absolutas. Me encantaría trabajar algún día con Maurice Bejart. No he trabajado con Jerome Robbins, me hubiera gustado, pero he bailado su primer ballet, Bancy free, una obra genial. Creo que Bejart es superior a Robbins. Martha Graham es una creadora muy interesante y muy especial. Entrar en su mundo requiere tiempo. Nureyev, para interpretar alguno de sus ballets, tuvo que someterse a un entrenamiento muy concienzudo.
P. En Madrid va a interpretar tres pasos a dos. ¿Cuál de ellos prefiere?
R. Los tres son una maravilla. Don Quijote es brillante, requiere mucho virtuosismo técnico. El cisne negro también requiere mucho virtuosismo, pero es más romántico, más redondo. El Grand pas classique tiene un estilo muy francés, es muy elegante. Son tres obras muy diferentes. No tengo preferencias, pero si tuviera que elegir una optaría por Don Quijote. Me permite exhibir mi técnica y mi sangre latina. Me permitirá mostrarme completo la primera noche la del 18.
Su pareja de baile en la obra será Cinthya Gregory, su legendaria acompañante de siempre.
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