Confinamientos de 'etarras' en Francia

La última medida en materia de confinamientos tomada por el Gobierno francés fue con motivo de la visita del Papa a Lourdes, en agosto de 1983. En aquella ocasión 10 etarras fueron asignados a otra residencia durante 72 horas. Con anterioridad ha habido una larga historia de extrañamientos, jalonados todos ellos por fugas de etarras y rechazo de los habitantes a los inquilinos forzosos.De la localidad de Antoinne se fugaron cuatro etarras, entre los que se encontraba Tomás Linaza, el 13 de mayo de 1982, tras una estancia de cinco meses. A Florac (cerca de Montpellier) llegaron en noviembre de 1981 José Ramón Alcorta y José Antonio Pérez Iñíguez, después de haber sido rechazados por los alcaldes de las islas de Ouessant y Yeu, que expresaron su deseo de no recibir a más terroristas.

Las isla de Yeu, a 16 kilómetros de la costa atlántica, ha albergado en varias ocasiones a refugiados vascos en régimen de confinamiento. La última fue en octubre de 1981, cuando Tomás Linaza, Angel Gurmindo, José Miguel Arrugaeta, Miguel Ángel Aldana y Francisco Javier Arín estuvieron fuertemente custodiados en la isla, pendientes de demandas de extradición.

En febrero y marzo de 1979 llegó haber hasta 18 confinados vascos en la localidad de Valensole (Alpes de Alta Provenza). El Gobierno francés tomó esta medida explicando que los encontraba susceptibles de organizar desórdenes en España en la época inmediatamente anterior a las elecciones generales. Entre los detenidos se encontraba Mikel Lujua.

En mayo de 1977 se realizó una vasta operación policial en la región de Bayona, a consecuencia de la cual 10 refugiados vascos fueron confinados en la isla de Porquerolles. Estas medidas de asignación de residencia se prolongaron hasta el 15 de junio, fecha de las elecciones legislativas españolas.

En octubre de 1976, en vísperas de la visita de los Reyes de España a París, el ministro francés del Interior, Michel Poniatowski, decidió confinar en la isla de Yeu a 12 refugiados vascos, entre los que se hallaban José Miguel Beñarán, Javier Aya Zulaica y Tomás Pérez Revilla. El 18 de febrero de 1977 los 12 refugiados abandonaron la isla tras firmar un documento impuesto por la policía francesa en que se comprometían a no alterar el orden.