Contadora: probables acuerdos, pero no tratados

La undécima reunión del grupo de Contadora debía finalizar ayer con un catálogo de acuerdos de carácter militar, político y económico, pero sin dar aún a estos compromisos la forma jurídica de tratados internacionales, tarea que quedaría pospuesta hasta una próxima conferencia del grupo, probablemente a finales de febrero.Los promotores del grupo no han querido modificar su táctica de negociar paso a paso, que si en ocasiones originó cierta impaciencia y aun la sensación de que la. guerra ganaba terreno a la diplomacia, ha impedido al menos la ruptura del diálogo. De acuerdo con su plan, el documento de 21 objetivos, elaborado en septiembre en términos muy genéricos, debía dar paso ayer a unas "normas de aplicación" ya mucho más concretas (ver EL PAIS del pasado sábado).

Tres comisiones especiales se encargarán ahora de extraer de este nuevo documento los tratados que permitan garantizar la paz en Centroamérica.

Se pensó que este avance decisivo podría darse con ocasión del primer aniversario del grupo de Contadora, que se cumple hoy, pero el realismo político puso otro calendario. La negociación no ha madurado lo bastante para dar este paso.

Documento alternativo

La conferencia de los cuatro cancilleres del grupo de Contadora con sus cinco colegas centroamericanos dio comienzo el sábado con una nueva escaramuza protagonizada por los ministros de Costa Rica, El Salvador y Honduras.En una operación claramente propagandística, este último, que actuaba como portavoz, dio a conocer a la Prensa un documento alternativo en el que se ponía especial énfasis en la celebración de elecciones libres, bajo supervisión internacional, como exigencia previa a los acuerdos en materia de seguridad.

Como ya ocurrió en las últimas reuniones, la posición independiente adoptada por el canciller guatemalteco, Fernando Andrade, impidió que se consolidara un frente contra Nicaragua. Finalmente se decidió adoptar como texto básico el redactado por el grupo de Contadora para incorporar a él las correcciones que aconsejara el debate.

Incluso en el terreno de la anécdota, los tres cancilleres mencionados subrayaron su condición de grupo al alojarse en un hotel distinto, pese a que el Gobierno panameño había reservado habitaciones para los ministros y sus séquitos en el mismo establecimiento.

Después de esta maniobra, que el representante nicaragüense calificó de dilatoria, la reunión discurrió por cauces de normalidad y relativo optimismo. El canciller mexicano, Bernardo Sepúlveda, declaró al término de las sesiones del sábado que las impresiones eran favorables y que esperaba resultados positivos para última hora de ayer (madrugada en España).