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La crisis del PNV

El Partido Nacionalista Vasco eligió anoche a Garaikoetxea candidato a la presidencia del Gobierno autónomo

Carlos Garaikoetxea, en una asamblea histórica para el PNV, fue elegido por unanimidad, anoche en Zarauz, candidato para ocupar la presidencia del Gobierno vasco, tras un intenso y apasionado debate que acaparó la atención de los medios informativos y la clase política de Euskadi. Ante más de un centenar de observadores, entre ellos buena parte del Ejecutivo autónomo y de los parlamentarios nacionalistas, los 64 apoderados -15 por cada provincia (Alava, Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra) y cuatro más representando a las juntas extraterritoriales de las provincias vasco-francesas, Madrid, Barcelona y Venezuela- que hace sólo una semana exigieron a Carlos Garaikoetxea su sumisión a la disciplina del partido, aclamaron ayer al actual presidente vasco como candidato a lendakari y aprobaron una resolución por la que se exime a éste de la disciplina y se le faculta para designar libremente a los miembros de su Gabinete, salvo en los casos. en que los consejeros no estén afiliados al PNV.

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El conflicto entre Garaikoetxea y la dirección de su partido ha puesto de relieve los problemas de fondo del nacionalismo vasco

El rostro crispado con que Xabier Arzallus abandonó la asamblea y la relajación que mostró Carlos Garaikoetxea ante los informadores, "permítanme que sea un buen afiliado y, no diga nada; hemos ganado todos", evidenciaba el triunfo de las posturas del Iéndakari, logrado tras más de cinco horas de tensos debates. El resultado final que cierra sólo aparentemente la crisis suscitada entre la presidencia del Gobierno autónomo y la dirección del PNV, es consecuencia de la reacción de las bases nacionalistas, que en un tiempo mínimo han logrado refrendar en asambleas locales su apoyo masivo a Carlos Garaikoetxea. La voluntad de las juntas municipales del PNV ha sido el arma principal de Carlos Garaikoetxea, que ha obligado a los apoderados provinciales a modificar su voto.Como dato significativo del grado de enfrentamiento que ha existido estos días en el seno del Partido Nacionalista Vasco, algunos medios aseguran que Arzallus asoció la figura de Garaikoetxea con la de Julio Iglesias en el transcurso de la asamblea regional de Vizcaya, celebrada días atrás.

En la asamblea nacional, que tuvo lugar hace una semana en el mismo Zarauz, solo los apoderados de Navarra y dos representantes de Guipúzcoa rechazaron inicialmente la propuesta de exigir al lendakari la disciplina de partido. Después de que Carlos Garaikoetxea hubiera abandonado la asamblea se suscitó una segunda votación, que arrojó un apretado resultado de 26-23, para decidir que el actual lendakari debía someterse a la disciplina, al menos durante el primer año de mandato. Los partidarios de Garaikoetxea se han quejado estos días de que el aparato del partido ha obstaculizado la realización de asambleas locales y han afirmado que en algunos municipios los promotores de las reuniones de las juntas se han visto obligados a presentar las firmas del 15% de los afiliados, tal y como estipulan los estatutos internos.

Los conciertos económicos

Pedro Miguel Etxenike, portavoz habitual del Gobierno autónomo, y los dos burukdes (dirigentes) del PNV, que ofrecieron una conferencia de prensa terminada la asamblea, no explicaron si en el transcurso de ella se había llegado a no a un acuerdo sobre aquellos apartados de la ley de Territorios Históricos (LTH) que enfrentan al Gobierno vasco y a la dirección del partido. Algunas fuentes aseguran que el origen de la crisis abierta en el seno del PNV le sitúa en esas decenas de miles de millones -destinadas a la inversión y, no a hacer frente a las cargas económicas de las competencias transferidas-, que los conciertos. económicos han puesto en manos de la comunidad autónoma vasca.

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La LTH finalmente aprobada es mucho más ambigua que el proyecto que defendió inicialmente el Iendakari y su aplicación posibilita varias interpretaciones. Carlos Garaikoetxea interpreta, al parecer, que las diputaciones deben administrar el dinero que corresponde a sus actuales competencias y que el resto es patrimonio del Gobierno autónomo.Esas decenas de miles de millones, actualmente a disposición de las diputaciones, permitirían al Gobierno, cargado de responsabilidades en el sector de la enseñanza, de la policía autónoma, que implican una abultada partida salarial, llevar a cabo una verdadera política de inversiones en lugar de limitarse a administrar un presupuesto que no permite grandes márgenes de maniobra.

En el actual esquema, las cargas económicas recaerían sobre el Gobierno vasco, mientras que las diputaciones dispondrían de un dinero muy superior al que precisan para cubrir sus actuales competencias. Se afirma, como ejemplo ilustrativo, que la Diputación de Vizcaya posee un presupuesto dedicado a industria, sector en el que no posee competencias específicas, superior en más de 1.000 millones al presupuesto del Gobierno vasco para este apartado. A la vista de la crisis generada en el seno del PNV, cobra nuevo sentido el discurso que Carlos Garaikoetxea pronunció a finales de noviembre último tras la aprobación definitiva de la LTH. El lendakari afirmó que a partir de ese momento, la institución debía atenerse a sus competencias, y que se había acabado la práctica de intervenir con actuaciones económicas complementarias, justificadas en el hecho de disponer de dinero. La filosofía con que el lendakari y la mayoría del Gobierno vasco interpretan la LTH choca, al parecer, con la estructura de poder provincial del PNV, un, partido que controla en la actualidad y se asienta orgánicamente en los ayuntamientos y las diputaciones.

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