Ofensiva del nuevo Gobierno argentino en Estados Unidos para renegociar su deuda exterior
El nuevo Gobierno civil argentino emprende hoy una arriesgada ofensiva para convencer a las autoridades del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la banca privada norteamericana e internacional de que es capaz de pagar sus compromisos de deuda exterior a tiempo en el curso del año que acaba de comenzar.Con unos 43.000 millones de dólares de endeudamiento exterior y un servicio de deuda de 8.400 millones en les próximos doce meses, la ofensiva del Gobierno del presidente Raúl Alfonsín se antoja a los expertos como casi desesperada, pese a la nueva disciplina y espíritu con el que cuenta el Gabinete radical desde que sucedió a los militares argentinos al frente de los designios del país hace un mes.
Argentina tiene impagados unos 2.400 millones de dólares en servicios de deuda correspondientes al año anterior. A éstos hay que sumar 750 millones de dólares de un crédito puente que firmó el presidente del banco emisor argentino, Julio González del Solar, en los últimos días de la dictadura militar.
En el viaje que hoy emprende hacia Washington, el nuevo ministro de Hacienda, Bernardo Grinspun, espera llegar a un acuerdo con la banca acreedora argentina y con el FMI para obtener una financiación suficiente para 1984 que garantice al país la posibilidad de devolver estas sumas sin tener que declarar insolvente a la nación. El nuevo tituIar del banco central argentino, Enrique García Vázquez, se encuentra ya en Washington negociando con los principales directivos del FMI la posibilidad de renovar un crédito stand by con el organismo que no se pudo utilizar en su día por el incumplimiento por el Gobierno militar del programa económico acordado.
No obstante, Argentina espera negociar un acuerdo con el FMI que incluya el libramiento de líneas de crédito del orden de los 1.500 millones de dólares, a los que se podría sumar otro de 1.800 millones a cargo de las nuevas facilidades del FMI para los países con elevado endeudamiento.
Con los bancos privados, el Gobierno espera alcanzar una acuerdo para obtener 1.000 millones de dólares frescos, que están vinculados al crédito stand by del FMI. Simultáneamente, se trata de firmar otro crédito de 1.000 millones de dólares a largo plazo, con lo que se conseguiría una reestructuración de la deuda exterior, aplazando amortizaciones.
'Cumbre' latinoamericana
Aparte de los bancos privados y de las autoridades del FMI, los viajeros argentinos tienen previsto reunirse con Donald Regan, secretario del Tesoro, y con Paul Volcker, presidente del Sistema Federal de la Reserva. El objetivo de estos encuentros es buscar el apoyo oficial de la Administración Reagan a los esfuerzos de los radicales para sanear el país.Por otro lado, ayer quedaban ultimados en Quito (Ecuador) los preparativos de la Primera Conferencia Económica Latinoamericana y del Caribe (CEL), que reúne a expertos de todo el continente en los esfuerzos conjuntos para buscar soluciones a la crisis económica de la región. La cumbre responde a la iniciativa del presidente ecuatoriano, Oswaldo Hurtado, que el, pasado año pidió a la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina (CEPAL) y al Sistema Económico Latinoamericano (SELA) la preparación de un estudio detallado sobre la posible respuesta del continente a la crisis.
Preparados con documentos por estos organismos, una comisión de delegados de los jefes de Estado y Gobierno de la región se reunió en dos ocasiones y acordó celebrar una reunión en la cumbre que aprobara un plan de actuación conjunta para la región.
Según han advertido los organizadores, de esta conferencia no saldrá el temido club de deudores latinoamericanos, pero sí los principios para que los países mejoren la renegociación de la deuda externa, el mayor problema económico del Gobierno. Asimismo, saldrán acuerdos para fortalecer la integración y el comercio y la decisión de caminar juntos por mejores relaciones internacionales.
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