Mortífero bombardeo israelí sobre Libano, mientras Beirut ultima un plan pacificador
Israel efectuó ayer uno de sus más mortíferos bombardeos sobre el este de Líbano, en el que cerca de 100 personas, entre ellas numerosas mujeres y niños, perdieron la vida y otras 400 resultaron heridas, según informaciones recogidas por los corresponsales de diferentes agencias informativas internacionales. Esta nueva operación aérea se produce pocas horas después de que el Gobierno de Beirut anunciara oricialmente la aprobación de un plan de pacificación entre las distintas facciones libanesas que combaten en la región de Beirut y la montaña libanesa, que puede favorecer un repliegue de la fuerza multinacional.
En tres oleadas sucesivas, 16 aparatos israelíes lanzaron sus bombas sobre la región de Baalbek, situada en el valle de la Bekaa, contra posiciones chiitas, milicias proiraníes y un campamento de refugiados palestinos.Los aparatos israelíes destruyeron la localidad de As Sadr, cercana a Baalbek, que es un centro de formación profesional que. lleva el nombre del imán Musa Sadr -fundador del movimiento chiita Amal.
También resultaron destruidos varios almacenes, un cuartel de la gendarmería libanesa, situado en la entrada sur de Baalbek y ocupado por las milicias chiitas iraníes y libanesas desde el mes de cotubre. En el bombardeo del campamento de refugiados, controlado por disidentes palestinos prosirios, resultó gravemente herido el dirigente de una facción disidente de la Organización para la Liberación de Palestina, Fajer al Asad, informa desde Beirut la agencia Reuter.
El elevado número de víctimas civiles se debe a que los aviones israelíes efectuaron su segundo ataque contra los mismos lugares cuando se estaba procediendo a las tareas de rescate, informa la agencia France Presse.
El ataque de ayer, el segundo en 24 horas y el noveno que se produce en los dos últimos meses, tiene como objetivo, según la radio oficial libanesa, hacer fracasar el plan de pacificación, cuya negociación está siendo ultimada.
Nabih Berri, jefe del movimiento chiíta Amal, que cuenta con una fuerte implantación en la región de Baalbek, declaró ayer que Israel quiere impedir la aplicación del referido plan de pacificación.
Plan de reconciliación
Este plan, que está siendo negociado desde hace varias semanas, cuenta ya con'la aprobación del Gobierno libanés y el Frente de Salvación Nacional (oposición).
Según el diario norteamericano The Washington Post, el plan permitirá restablecer la autoridad presidencial sobre la mayor parte del país y reducir los efectivos norteamericanos en Beirut.
Según el mencionado periódico, los principales puentos del plan de pacificación que se está ultimando consta de los siguientes puntos principales:
1. Despliegue del Ejército libanés desde el sur de Beirut a lo largo de la costa, hasta pocos kilómetros de distancia del río Awali, controlado por Israel.
2. Envío de fuerzas de policía gubernamentales a la montaña libanesa para reemplazar a las milicias cristianas y mantener la paz entre estas últimas y los combatientes drusos.
3. Instalación del Ejército y la policía leales al Gobierno de Gemayel en las afueras de Beirut.
4. Neutralización del aeropuerto de Beirut para permitir la retirada norteamericana.
Fuentes militares israelíes afirman que la intensificación de los bombardeos sobre el centro de Líbano tiene como objetivo "golpear sin tregua las bases terroristas"; sin embargo, la "rentabilidad" de estas operaciones parece más bien escasa, y el fin real de estas acciones seda adiestrar a los pilotos isreaclíes en operaciones lo más parecidas a un verdadero combate con el "enemigo", informa desde Tel Aviv nuestro corresponsal Víctor Cygielman.
En círculos cercanos al Ministerio de Defensa israelí se muestran muy preocupados ante el nuevo desarrollo de los acontecimientos libaneses, ya que se da el hecho de que el 90% de los atentados contra las fuerzas israelíes que ocupan el sur de Líbano no son realizados por los palestinos, sino por chiitas.
"Hemos conseguido alejar a los palestinos de nuestra frontera norte, pero, al mismo tiempo, hemos creado una infraestructura de medio millón de chiitas hostiles al Estado de Israel". Ésta es la conclusión a que llega un experto en temas defensivos de Tel Aviv.
Estos chiltas eran indiferentes hacia Israel hasta la invasión de Líbano, en el verano de 1982. Incluso se había logrado una cierta cooperación entre el ocupante y un sector de esa minoría.
Pero la colaboración entre israelíes y falangistas libaneses disgustó a los chiftas. Esta situación se agravó tras el repliegue israelí y la represión desatada tras la proliferación, a partir del pasado mes de noviembre, de los atentados contra las tropas ocupantes.
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