Las afirmaciones de Pertini sobre la situación internacional causan fuerte polémica en Italia
El discurso del presidente de la República italiana, Sandro Pertini, transmitido la Nochevieja a través de la televisión, sigue despertando elogios, pero también polémica y hasta críticas, abiertas tras los primeros momentos de sorpresa y estupor. En él abordó los temas más candentes de la situación internacional y consideró injusta la exclusión de España y Portugal de la CEE.
Curiosamente, han sido la oposición comunista y el papa Juan Pablo II quienes se han volcado en elogios a favor de un discurso como el del jefe de Estado italiano, que, sin medias tintas, con el lenguaje del hombre de la calle, llamando a las cosas por su nombre, ha abordado temas tan delicados como. el pacifismo, el diálogo entre la Unión Soviética y Estados Unidos, las responsabilidades de Israel en la matanza de los campos palestinos de Sabra y Chatila, la necesidad de que se expulse inmediatamente de la ONU a aquellos países que mantienen aún un régimen dictatorial, los problemas de la Mafia y de la corrupción política, y, por fin, la injusticia de que España y Portugal sigan sin entrar en la Comunidad Económica Europea.Para los comunistas, según ha escrito su órgano oficial del partido, L'Unità, se trata del discurso de "mayor altura política" pronunciado por Pertini durante su mandato. El Papa no se contentó con elogiar en público el discurso del presidente de la República, sino que tomó el teléfono y llamó a Pertini a los Dolomitas, donde está descansando, para conversar con él durante un cuarto de hora.
Y, a propósito del Papa, una equivocación lingüística durante el discurso del domingo ha empujado a los socialdemócratas, que junto con los neofascistas de Giorgio Almirante están siendo los más duros críticos del mensaje de Pertini, a criticar a Juan Pablo II por lo que ellos han considerado una intromisión indebida en los asuntos de este país. El Papa había dicho dirigiéndose a los italianos que deseaba a Pertini "un Gobierno presidencial durante muchos años para el bien de la patria". Pero resulta que en Italia no existe un "Gobierno presidencial" ni el presidente de la República puede mantener su mandato más allá del límite constitucional.
Según el Vaticano, se ha tratado de un simple error filológico del Papa, que improvisó sus palabras.
Ha habido un solo pasaje del discurso de Pertini que ha sido aplaudido y aprobado por todos sin distinción. El que se refiere a España y al rey Juan Carlos, y al largo párrafo que, con sorpresa de todos, dedicó a nuestro país criticando la mentalidad de "mercaderes", de quienes impiden que España y Portugal entren en la CEE "no por razones políticas, sino por cuestión de agrios y de vinos". Elogió a Juan Carlos repetidas veces por haber bloqueado con valentía el "golpe" que intentaba "destruir la democracia española".
Los demás puntos han desatado una dura polémica, que aún perdura, entre las distintas fuerzas políticas. No ha gustado a los democristianos el que Pertini haya puesto al mismo nivel en su discurso a Estados Unidos y a la Unión Soviética en lo que se refiere al diálogo sobre desarme; no ha gustado a casi nadie, excepto a los comunistas, la defensa que el jefe del Estado ha hecho de los jóvenes que salen a la calle para manifestarse contra los misiles. Y se acusa a Pertini de favorecer de este modo las intenciones de Moscú. No ha gustado a las fuerzas más conservadoras el que haya criticado con tanta dureza a Israel como responsable de la matanza de los palestinos de Sabra y Chatila. Y ha escocido a muchos políticos el grito de Pertini contra la corrupción de tantos administradores públicos "ancianos" que escandalizan, dijo, a los jóvenes.
Sin embargo, en la calle, en las tertulias de familia, en los bares y autobuses, en las oficinas, la gente expresa abiertamente su satisfacción. Dicen con cierto orgullo que Pertini es hoy quizá el único político del mundo capaz de hablar sin miedo y se asegura que si dentro de un año y medio, cuando acabe su mandato presidencial, Pertini pudiera ser reelegido por voto popular, su reelección, a pesar de su edad avanzada (tiene hoy 81 años), tendría casi un nivel de plebiscito.
A quienes le han dicho que su discurso ha sido criticado por "algunos", Pertini ha respondido: "Por algunos no, por casi todos. Pero lo importante no es que me critiquen, sino que me dejen seguir actuando".
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