Dimite el jefe del espionaje australiano por un asalto simulado
El jefe del servicio secreto australiano, John Ryan, dimitió ayer a raíz del simulacro, como ejercicio de entrenamiento, de un ataque a mano armada en el lujosísimo hotel Sheraton de Melbourne, el 31 de noviembre, por 12 de sus hombres. Los agentes irrumpieron en el hotel sin previo aviso, enmascarados, amenazaron con ametralladoras a los empleados y destruyeron dos puertas con mazos. El hotel demandó al Gobierno y a los servicios de inteligencia. El ministro de Asuntos Exteriores, Bill Hayden, declaró ante el Parlamento que el ejercicio, que calificó de "desagradable e intolerable", fue efectuado sin su autorización. Ryan acudió visiblemente enojado, después de que un senador le llamara "fanfarrón, borracho y molestia social".
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