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Tribuna
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El dinero

El socialismo, que es un sistema filosófico que filosofa sobre el dinero, ha decidido legalizar a fondo el dinero de los españoles. Esto a la derecha es que la tiene en un grito El derecho de propiedad y el secreto bancario. Mayormente el secreto bancario. Era un derecho mucho más secretísimo que el derecho de confesión para cierta derecha / derecha (no toda, tampoco nos pasemos). El Debe y el Haber de sus dobles contabilidades les parecía más recóndito a Dios que el Debe / Haber de sus conciencias Ahora ha venido un Gobierno, que no es que esté contra la libertad de conciencia, sino que quiere poner la conciencia del personal a la altura de su contabilidad. Iguala con la vida el Debe / Haber, que más o menos dijo el clásico. Lo que en la retórica a pie de Balmoral (sitio encanta) son "los derechos individuales", en la matemática del Gobierno son el calcetín con doblones, el jergón lleno de rupias y el depósito de letras de cambio. Toda una España que Galdós tradujo (mal) de Balzac, y que es la España de Eugenia Grandet y de la avaricia. Se va a elevar la retención sobre los activos, letras, pagarés, etc. La Administración va a tener acceso a programas de contabilidad y archivos. Pues claro. Ganaron las elecciones unos señores que eran socialistas, y quieren socializar la más social de las materias, desde los fenicios, el puerto de Génova y San Carlos Borromeo, patrón de la Banca: o sea el dinero. Hay una derecha / derecha que quiere secreto económico y secreto de la Banca consigo misma. La Banca, que mira más largo, ha visto el paisaje y está de acuerdo, y todos se han comido la perdiz muy gustosos en torno de Aguirre Gonzalo, pero el pequeño ahorro piensa que le van a registrar el jergón / calcetín, y ahí empieza el cirio, que nadie más de derechas que un pobre con cuatro duros. En los bares / chaflán / semiesquina de Ayala / Velázquez se sigue hablando de la violación del decreto bancario como si fuera un secreto de confesión, que lo propio de la derecha es confundir los inmuebles de la tierra con un cielo amueblado. Pero yo, que no tengo ningún bien mueble ni inmueble, denuncio el escándalo del carácter místico que se le da al dinero en nuestra sociedad (en nuestra sociedad, el dinero es una cosa mística) y voto a Dios que me espanta esta grandeza y cómo se ha confundido el laberinto de la conciencia con el laberinto de la cuenta corriente. Efectivamente, el dinero, aparte su valor fiduciario, es la metáfora del poder temporal e incluso eternal, y ahí es donde entra una economía socialista con más afán contable que. rentable. El fraude fiscal, tan perseguido por los psoes y tan ameno para la derecha / derecha, es la clave de todo. Hay una alternativa, en el mundo post / Orwell, que hemos superado con muérdago y happy new years: o es usted bueno y nos lo cuenta todo o nosotros somos malos y le expropiamos. A algunos ministros españoles se les ha puesto cara de Lee Marvin. I'm sorry. A mí no me parece mal el rollo, pues que la Banca sigue cambiándome cheques por palabras, pero la derecha orilla droit de Castellana es que está en un grito.

Iberia se comporta como si aquí no se hubiera muerto nadie, lo que es de agradecer, ya que el whisky no sabe a cadáver (pero sí a Dyc, que casi es peor) y María José Cantudo me mira el talle, que no es el mío, sino el de Pierre Cardin. Carmen Platero ha vuelto a la oficina como el socialismo ha vuelto a la legalidad. Tengo una cita para estos días con Angela Molina. Anoche, PVP con su rock. El socialismo es un sistema filosófico que filosofa sobre el dinero. Las bolsas de petróleo / pesetas rubias y los jergones con doblones de a dos, van a salir ahora todos a la luz. El dinero era intimidad y el dinero va a ser publicidad. Esto es lo que no entiende cierta derecha: la que no tenía otra intimidad que su dinero.

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