España denunciará las etapas de integración de su agricultura

El Gobierno español presentará en los próximos días a la Comisión Europea un memorándum sobre la agricultura para denunciar el sistema de transición por etapas que ha propuesto el citado organismo para la integración del sector hortofrutícola español en la Comunidad Económica Europea. Tras recorrer las capitales de los actuales países socios, la administración española parece haberse decidido a presentar su protesta por escrito. Aunque no lleva a nada.En efecto, la Comisión había propuesto una integración de dicho sector en dos etapas: una primera de cuatro o seis años de duración, en el cual el sector quedaría congelado en su integración -aunque se fuese adaptando con una tutoría comunitaria para precios y ayudas-, y otra etapa que podría alcanzar hasta diez o doce años en total, ya de transición clásica, como para el resto de la agricultura.

La Comisión había elaborado una postura similar para Portugal, argumentando la falta de estructuras para hacer frente a la integración.

Justamente, España se propone denunciar este razonamiento para dejar en claro lo evidente: el régimen de etapas se quiere imponer a España por parte de Francia, Italia y Grecia para defenderse estos países frente a la competencia española.

Estos tres países están absolutamente decididos a imponer su criterio en el Consejo de Ministros de la CEE, que está elaborando una declaración conjunta para los primeros meses del próximo ejercicio de 1984, sobre esta base por el momento, aunque los países nórdicos se resisten a las etapas.

España considera que la propuesta de la Comisión crea desequilibrios entre los capítulos de la negociación y entre los sectores agrícolas, pues el hortofrutícola es el más dinámico.

Es más, la tesis española, defendida por el titular de Agricultura, Carlos Romero, ante el Senado, es que, en el caso de que los problemas de que habla la Comisión existiesen, se agravarían con el sistema propuesto, pues no habría incentivos para crear normas de calidad, agrupaciones de productores y un buen sistema de precios y ayudas.

España propone en estos momentos, por el contrario, un sistema de contingentes en una fórmula de transición gradual clásica, luchando así a la vez contra la propuesta de establecer un determinado régimen de vigilancia -con cantidades y calendario fijados a principios de cada año para los productos sensibles- para las exportaciones de productos hortofrutícolas españolas hacia el área de la Comunidad Económica Europea.

En efecto, la vigilancia significa que se examina la situación en función del mercado, con lo que no, se garantizan las exportaciones españolas.

Sin embargo, algunos medios comunitarios consultados, en lo que a las etapas mencionadas se refiere, estiman que esta actitud del candidato español lo único que puede provocar es un retraso en la negociación de este crucial capítulo.