El Ballet Nacional Clásico estrena en Palma de Mallorca su nuevo programa
El Ballet Nacional Clásico ha presentado en el teatro Principal de Palma de Mallorca el programa que, durante el próximo año, llevará a cabo en toda España, en la temporada que comienza oficialmente en el teatro de la Zarzuela de Madrid el 18 de enero. Con esta presentación, inicia su trabajo al frente de la compañía su nueva directora, María de Ávila, nombrada para el cargo en febrero pasado.
El programa presentado en Palma de Mallorca consta de tres coreografías bien diferentes. Comienza con la célebre Serenade de George Balanchine, por primera vez autorizada para que un ballet español la ponga en escena en nuestro país.En Serenade, cúmulo de luz blanca sobre tinieblas de azul, la trama se apoya en la Serenata para cuerdas de Tchaikovsky, con movimientos de cinco solistas y un cuerpo de 20 bailarines que tuvieron que aguantar las estrecheces del escenario del Teatro Principal para cuajar una coreografía muy ajustada en ritmos y desarrollo. Es una historia de amores prohibidos y desengaños, que llevan a la destrucción de la pareja protagonista, interpretada por Carmen Molina y Jorge Christoff, en una antología del gesto.
Al inconveniente de la falta de espacio, se añade el de la inclinación del piso del escenario de seis grados, que se ha intentado evitar regándolo previa mente de Coca-cola. Este estreno oficial de Serenade se ha visto como una proyección internacional de las calidades del Ballet Nacional, en su etapa de renovación.
La segunda parte es el Jardín de lilas, sobre música del Poema de Ernest Chausson, y tiene como solistas a Carmen Molina y Hans Tino, en demostración perfecta de lo que puede dar de sí un paso a dos, acompañados por Jorge Christoff y Montserrat García, en un juego de matrimonios por conveniencia y amantes, separados. Los vestuarios de época y un decorado de cortina con fondo de jardín, hacen la pieza más asimilable del repertorio.
Cierra el espectáculo la Sinfonía pastoral, sobre la original música escrita por Beethoven, adaptada a criterios modernos de danza y con más de 20 bailarines en escena. Es la obra más larga de la representación y la ausencia de música en directo no se, aprecia tanto aquí como en las anteriores, por la fuerza plástica de sus movimientos y la espectacularidad casi gimnástica del cuerpo de baile.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.