Lusinchi parte con ventaja
El candidato de AD, favorito en las elecciones venezolanas de hoy, aunque Caldera le pisa los talones
ENVIADO ESPECIALEl socialdemócrata Jaime Lusinchi se perfila como probable ganador de las elecciones que se celebran hoy en Venezuela, aunque la holgada ventaja que mantuvo hasta hace dos semanas se ha estrechado tanto que ya no sorprendería demasiado una eventual victoria de su oponente, el socialcristiano Rafael Caldera. Ambos anuncian por anticipado su respectivo triunfo. En medios políticos y de prensa se extiende la impresión de que el resultado se definirá por foto finish.
Los errores tácticos cometidos por Lusinchi en el tramo final de la campaña han sido tan gruesos que por primera vez se registra un patente nerviosismo en el cuartel general de su partido, Acción Democrática (AD). El candidato es el único que a estas alturas habla, cada vez con más desmayo, de una avalancha de votos.
Su capacidad de liderazgo ha sido cuestionada incluso en las filas adecas, que alimentan la fe con el voto de castigo al actual Gobierno y la bien engrasada maquinaria del partido, al que nadie discute una implantación nacional mucho más sólida que la del COPIE de Caldera. La televisión ha sido el principal enemigo del candidato de AD en estos últimos días. Cada aparición empequeñecía su imagen, al tiempo que agigantaba la de Caldera. Éste ha dicho, con su estilo ácido, que cada vez que hablaba su adversario le regalaba un paquete de votos. En este sentido, ha sido un acierto por parte de Lusinchi negarse a un debate público ante las cámaras. La experiencia que tuvo en mayo fue un auténtico desastre. El candidato socialcristiano ha terminado por pedir el voto a todos los venezolanos a los que no guste Lusinchi, sean de izquierda o de derecha. Para ello no ha vacilado en ofrecer cargos de gabinete a políticos de todo el espectro, en un hábil manejo de la idea de un Gobierno de unidad nacional para una época de crisis.
Como corresponde a una campaña que se ha caracterizado por las marrufierías y el juego sucio, no faltaron maniobras de última hora durante los tres días de reflexión dictados por el Consejo Supremo Electoral. La manipulación de las encuestas resulta, por lo demás, evidente, cuando el COPEI afirma haber cobrado una ventaja de tres puntos y AD asegura que la suya no baja de cinco.
Un pobre debate
En cualquier caso, Rafael Caldera se ha consolidado como líder indiscutido de COPEI, aunque pierda las elecciones. A comienzos de noviembre se contemplaba incluso la posibilidad de una ruptura en sus filas motivada por un eventual desastre electoral. En AD existía cierta preocupación porque un resultado de esta naturaleza podría poner en peligro todo el sistema. Se habló de priización (por el PRI mexicano) y se manejó con cierta imprudencia el fantasma golpista. El temor de los adecos ha variado de signo. Hoy está motivado por una hipotética derrota.Estos cambios acelerados en las preferencias del electorado no ocultan, sin embargo, la pobreza del debate ideológico. Nunca dos candidatos tan dispares presentaron una oferta tan idéntica y se insultaron mutuamente con tanto calor. Adivinar cuál puede ser la actuación de cada uno en la presidencia entraña hoy, a sólo unas horas de las elecciones, los mismos riesgos que una profecía.
Numerosas voces se han alzado contra el triste espectáculo de dos partidos que, en medio de una gravísima crisis económica, se han gastado miles de millones para dejar al electorado en la misma oscuridad que tenía antes de iniciarse la campaña. La tradición confesional de COPEI y la actitud laica de AD deben tener su reflejo en el programa que desarrolle el próximo presidente, pero ninguno de estos aspectos ha sido profundizado a lo largo del debate preelectoral. También los planteamientos de política exterior han sido casi completamente coincidentes, aunque la afiliación de cada partido a la Internacional Socialista y a la Internacional Democristiana debe marcar rumbos diferentes en su acción internacional.
La lucha entre Caldera y Lusinchi no debe hacer olvidar la que mantienen dentro de la izquierda los candidatos del Movimiento al Socialismo (MAS) y el Partido Comunista de Venezuela (PCV). La polarización registrada durante las últimas semanas no parece que vaya a afectar a la votación parlamentaria de estos partidos, a los que todas las encuestas vaticinan un importante crecimiento. En la cuneta de estas elecciones, sin ninguna posibilidad, quedan otros ocho candidatos menores, cuyos nombres ni siquiera recuerda gran parte del electorado.
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