Ballesteros: así se hace una declaración
Manuel Ballesteros, comisario general de Información en el momento de la detención del etarra Arregui, asistió ayer a la vista del juicio contra los dos policías del Brigada de Información acusados de maltratar al detenido, Éstas son sus impresiones sobre el caso, tal como las declaró ayer a Radio EL PAÍS.Pregunta. Resumiendo, ¿cómo se hace una declaración?
Respuesta. Cuando hay varios detenidos, son interrogados por varios funcionarios, que repiten las preguntas de uno a otro para comprobar todos los datos. A medida que se van obteniendo ciertos datos pueden irse también perfilando ciertos hechos, que son anotados. Todo esto se reúne y pasa de nuevo a los encargados de hacer la diligencia, y con las notas que les han pasado los funcionarios es el instructor quien ultima la declaración que pasará al juez. El instructor pregunta de nuevo al detenido, de acuerdo al informe que le han pasado, y estas últimas respuestas quedan escritas.
P. ¿Cómo se explica que estén en el banquillo de los acusados dos personas que no han hecho más que un trámite formal?
R. No lo entiendo, pero ahí está; no lo entiendo...
P. Entonces, a su juicio, ¿qué ocurrió realmente con aquel caso, el de Arregui?
R. Pues que murió en el hospital penitenciario, a mi juicio, por falla de cuidados.
P. ¿Y qué ocurre con los hematomas que han dicho los forenses que presentaba?
R. Eso se irá comprobando todavía. Lo que se ha dicho es que tenía unas llagas que le fueron curadas con mercromina. Además faltan aún unas pruebas médico legales que no se hicieron.
P. Y las de las plantas de los pies ¿como se justifican?
R. Estas son a las que me refiero. Unas ampollas que el médico le curó de esta forma que le explico, cortándole el pellejo y aplicando mercromina.
P. A su juicio, Arregui sólo sufrió una bronconeumonía.
R. Sí. Totalmente.
P. ¿Qué espera que saiga de es te juicio?
R. Yo creo que saldrán en libertad.
P. Sobre el hecho de que se le encontraran balas en los zapatos, ¿tiene algo que decir?
R. Bueno, la verdad es que el los ocultan las municiones en el sitio que pueden, y un lugar muy normal sería precisamente el zapato. A nadie se le ocurre mirar allí.
P. ¿Qué importancia tiene el caso Arregui dentro de la policía y qué supuso en su momento, de acuerdo a las circunstancias del país?
R. Creo que ha pasado mucho tiempo desde aquello, y creo también que este caso marcó un hito en una nueva historia de la policía. A partir de entonces, la policía cambió.
P. ¿Para bien?
R. Sí, pienso que para bien. El hecho fue positivo de cara a que la policía tuviera una sensación de corporación que quizá hasta entonces no tuviera. Unió al cuerpo, y creo, en definitiva, que a partir de entonces la policía trabaja más, con más rigor, para evitar que esas cosas se puedan repetir.
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