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La diplomacia releva a los combates

Beirut rompio relaciones con Teherán por temor al estallido de un revolución islámica

El Consejo de Ministros libanés decidió el pasado miércoles, en un gesto espectacular, romper relaciones diplomáticas con Irán "para protestar por la presencia en el territorio nacional de fuerzas armadas iraníes", que, según explicó una fuente oficial, "intervienen constantemente en los asuntos internos del país" con la intención de promover en Líbano la revolución islámica.

La medida del Gobierno de Beirut, que es inútil de cara a la salida del país del contingente enviado a Líbano por el ayatollah Ruhollah Jomeini, ha suscitado un profundo malestar en la comunidad musulmana chiita, que representa a más de un tercio de la población libanesa.El movimiento político-militar Amal, con el que simpatiza la mayoría de los chiitas libaneses y que mantiene estrechas relaciones con el régimen chiita de Teherán, publicó a raíz de conocerse la noticia un comunicado para "condenar firmemente la ruptura de relaciones con la República islámica de Irán, que desempeña un papel militante contra el sionismo".

El responsable de Amal para la llanura de la Bekaa libanesa, Akram. Tleiss, declaró a este corresponsal que "aunque los chiitas aquí son libaneses, lo que dice el imán Jomeini tiene para nosotros valor de ley y no podemos aceptar que nuestro país se aleje de Irán".

La presencia militar iraní en Líbano quedó puesta bruscamente de relieve por los tres atentados perpetrados recientemente contra acuartelamientos norteamericano, francés e israelí, en los que murieron 326 soldados, y cuya responsabilidad fue achacada por Washington, París y Tel Aviv a un grupo radical escindido de Amal y encabezado por Husein Musawi, al que entrenan instructores iraníes.

Evaluado en unos 1.000 hombres, aproximadamente, repartidos entre el frente sirio-israelí (en la llanura libanesa de la Bekaa) y la ciudad de Baalbek, el contingente iraní sería mucho más numeroso si el Ejército sirio, que controla la región, hubiese permitido, la llegada de más voluntarios procedentes de Irán.

Los 400 voluntarios destinados en el frente no han disparado, desde su llegada, hace más de un año, prácticamente un solo cartucho, porque el Ejército sirio se lo impide para evitar enfrentamientos de gran envergadura con las fuerzas armadas de Israel.

Los alrededor de 600 iraníes estacionados en Baalbek, entre los que figuran oficiales y suboficiales del Ejército iraní, son, en cambio, mucho más activos. Su misión consiste, esencialmente, en entrenar y adoctrinar a los milicianos de Husein Musawi con los que fueron sorprendidos en el campamento de Yanta, a 16 kilómetros al Este de la ciudad, por el ataque aéreo israelí del 16 de noviembre, en el que perecieron 14 iramies, según reveló el presidente de Irán, Ali Akbar Hachemi Rafsanjani.

Alianzas

"Los partidarios de Musawi, qu e de hecho han abandonado su antiguo nombre de Amal Islámica para fundirse con los iraníes en una misma organización, denominada Hezbolah (Partido de Dios)", explica Akram Tleiss, "reciben sus armas exclusivamente de Teherán, mientras nosotros teneirnos, además de esa fuente de abastecimiento, a otro suministrador: el Ejército sirio, con el que mantenemos excelentes relaciones" y que, con casi 50.000 hombres, controla un tercio de Líbano.El Majlis (Parlamento iraní) aprobó el pasado mes de abril un equivalente de 15 millones de dólares (unos 2.300 millones de pesetas) para sus fuerzas estacionadas en Líbano. Esta cantidad no incluye el material bélico propio ni el que distribuyen a sus aliados, que supone un gasto adicional lo suficientemente elevado como para que un diputado lo criticase en septiembre, por considerar que estaría mejor empleado en la reconstrucción de casas destruidas por la guerra irano-iraquí.

Por permitir esta presencia militar limitada iraní en los territorios que controla, Siria recibe de Irán un trato comercial preferente, créditos a muy bajo interés y, según la publicación londinese prosaudí Al Majalla, dos millones de toneladas de petróleo a un precio 10 dólares inferior al establecido por la Organización de Países Exportadores de Petróleo.

Con esta ayuda económica, Irán espera convencer a Siria para que permita, como expresó y deseé el comandante en jefe de los Guardianes de la Revolución, Mohsen Reda, durante una reciente visita a Líbano, "consolidar sus fuerzas para poder disponer a lo largo del año próximo de una división independiente de 11.000 soldados".

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