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Entrevista:

Jean Maheu: "El Pompidou es un centro de choque y no un hipermercado cultural"

Seis años después de su inauguración, el Centro Georges Pompidou continúa siendo una experiencia única en el mundo como gigantesco complejo cultural especializado en el siglo XX. De su éxito pueden dar una Idea cifras como la de 25.000 visitantes que registra de media diaria. Su presidente, Jean Maheu, que ha estado en Valencia para presentar la exposición sobre arquitecturas de tierra que organizó el centro, indica: "Una de nuestras importantes aspiraciones es tratar de dar una visión internacional en Francia de la cultura del siglo XX". Para él, el Pompidou es "un centro federal" y no un "hipermercado de la cultura"

"Si hubiera que construirlo ahora", dice Maheu, "el Centro Pompidou costaría 2.000 millones de francos (30.000 millones de pesetas). El presupuesto anual es en este momento de 350 millones de francos (unos 6.300 millones de pesetas), de los que una parte procede de una subvención del Estado y otra, de los ingresos del centro, a través de entradas, publicaciones, etcétera. La labor editorial produce unos ingresos netos de 15 millones de francos anuales (225 millones de pesetas). La cifra media de visitantes es de 25.000 por día durante seis días a la semana, si bien el récord está en 40.000 que se llegaron a registrar un día en este año".Se trata de un público siempre muy joven, pues en un 75% está compuesto por personas menores de 35 años, y un 50% tiene menos de 25 años. Se dividen en tres grandes apartados: los que acuden a trabajar y visitan la biblioteca o alguno de los centros de documentación, que representan la mitad del total de visitantes, los que acuden a algún acto concreto, como conciertos o exposiciones, que suponen el 25%, y, finalmente, los visitantes del edificio, que suman otro 25%. El 60% del público es francés y, salvo un 15%, procedente de París y la región parisiense, el 40% restante es extranjero.

"Cuando en 1977", indica el presidente del centro, "abrimos las puertas creíamos que habría unos 5.000 visitantes diarios y pensábamos que estaban locos los que llegaban a hablar de 7.000.

Maheu dice que el centro es una institución federal", pues consta del edificio propiamente conocido como Centre Georges Pompidou, que alberga el Museo Nacional de Arte Moderno y el Centro de Creación Industrial (CCI). Por otra parte está, en otro, la Biblioteca Pública de Información (BPI), y, finalmente, la tercera edificación alberga a una institución privada, pero dependiente de aquél, el IRCAM, dedicado a la música contemporánea y que está dirigido por el compositor Pierre Boulez.

El Pompidou es una institución con una estructura administrativa peculiar: "No, hay un consejo de administración, -sino . lo que deno minamos consejo de orientación, de carácter consultivo y sin poder ejecutivo, lo que evita burocratización. El director de cada centro es, en realidad, autónomo y la figura del presidente es la de un animador coordinador".

Temporada "de transición"

Las actividades relativas a programación cultural no sólo se limitan a exposiciones, conciertos y espectáculos de danza o teatro, sino que también es muy importante la actividad editorial, que se centra en la producción de catálogos, libros y vídeos y películas. Además, hay una especial inquietud por incorporar los últimos adelantos técnicos en cada momento a las tareas del centro. Maheu define la temporada 1983-1984 de actividades en el Pompidou como de transición. En el CCI hay una exposición muy importante sobre arquitectura e industria, entre otras, "pero no sólo pensamos en la arquitectura, sino también, por ejemplo, en temas relacionados con la sociología"."Tenemos previsto realizar una exposición sobre los inmigrantes de la segunda generación, los hijos de los inmigrados. El centro debe situarse en relación con los grandes problemas nacionales e internacionales. No somos una casa de la cultura e intentamos apartarnos de este concepto tradicional".

Si bien al Pompidou se le ha criticado el ser como un hipermercado de la cultura, su presidente puntualiza que "la idea es producir el choque de elementos que están, por lo general, dispersos. De esta forma se consigue que una persona que viene a ver una exposición sobre fotografía se interese, por ejemplo, en otra de arquitectura que no pensaba visitar. Se trata de lo contrario de la especialización, si bien lo relativo a cada campo debe ser realizado por especialistas".

Por lo que respecta a las exposiciones de pintura y escultura, Maheu indica que hay un gran interés por los pintores franceses más modernos. Actualmente se está celebrando una restrospectiva sobre la obra de Balthus, en colaboración con el Metropolitan Museum, de Nueva York. "Que en tres días ha recibido la visita nada menos que de 20.000 personas". El récord de visitantes registrado por una exposición fue batido por la dedicada a Dalí, que registró 850.000 durante tres meses y medio.

El interés por los franceses se combina con la presencia de artistas extranjeros. Actualmente está instalada una exposición del arquitecto estadounidense Richard Serra; en septiembre próximo habrá una restrospectiva dedicada al pintor William de Kooning y, a partir del 1 de noviembre del próximo año, habrá una exposición homenaje a Kandinsky.

Acerca de si tiene vigencia la idea del centro Pompidou para repetir la experiencia en alguna otra ciudad o en otros países, Maheu indica que "es algo muy difícil de decir, porque depende de la situación concreta de cada país y cada ciudad. Un centro de esta magnitud sólo puede existir en una aglomeración muy grande de población, como es París. Lo cierto es que se ideó en un momento determinado de nuestra historia, cuando Francia era rica y sentía la necesidad de volcarse sobre la creación, de dar una nueva visión del siglo XX. El patrimonio cultural del pasado ha supuesto siempre una pesada carga en nuestro país. Había que hacer algo para compensar eso, para crear un patrimonio cultural moderno, del siglo XX".

"Nuestro Museo Nacional de Arte Moderno", prosigue Jean Maheu, "ha llegado a ser en siete años el más importante del mundo en su género. En cualquier caso, se creó el centro en un momento en que se conjugó el disponer del dinero necesario con la voluntad del presidente Pompidou de que los franceses tuviesen acceso a todo lo que hay de importante en la cultura actual internacional".

"También se trataba de educar a los franceses en cierto modo contra las tendencias provincialistas, el excesivo nacionalismo cultural, al propiciar una importante presencia internacional. Éste es un objetivo que, evidentemente, se ha logrado, y hay quien ha llegado a decir que el centro Pompidou no es verdaderamente francés".

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