Miura y Guardiola rechazan la acusación de fraude por afeitado
Los ganaderos Eduardo Miura y Juan Guardiola, rechazan terminantemente las acusaciones que se les han hecho de afeitar toros y la procedencia de las sanciones que por este motivo les ha impuesto el Ministerio al Interior. En general, la mayor parte de los ganaderos andaluces sancionados manifiestan su indignación, que atribuyen a una campaña contra su prestigio promovida desde Madrid.
Miura y Guardiola coinciden en explicar que si las astas de sus reses que dieron objeto a la sanción, estaban mermadas, pudo deberse las automutilaciones que los toros se producen en el campo cuando horadan la tierra o golpean los pitones contra postes y piedras. Guardiola muestra una amplia colección de fotografías que prueban estas acciones de los toros, y Miura otra de pitones que él mismo ha cortado en su finca de Zahariche a reses de desecho que se los habían autoafeitado.Sin embargo, la Escuela Nacional de Sanidad Veterinaria, donde las astas se someten a análisis de laboratorio, tiene medios para determinar si este tipo de manipulaciones son fraudulentas, por la utilización de elementos cortantes y escofina. Precisamente la presencia de huellas que lo prueban ha sido comunicada a Juan Guardiola en el acta de la sanción impuesta.
"Ante esta comunicación", nos dice Guardiola, "he pedido que se haga una comprobación, en mi presencia, a la que asistirían también los veterinarios que efectúan los análisis y el senador Juan Antonio Arévalo, que parece tan interesado en difundir estas falsas noticias sobre el afeitado. Pero no me han contestado".
El senador Arévalo parece ser el gran enemigo de los ganaderos andaluces -al decir de éstos-, quizá porque desde hace un par de años es el líder de la lucha contra el fraude, y con sus preguntas al anterior Gobierno consiguió que se moviera el aparato sancionador del Ministerio del Interior.
Arévalo no sanciona
Sin embargo, Arévalo ni propone los expedientes por fraude ni determina las sanciones. Simplemente ha promovido la creación de una subcomisión para estudiar el espectáculo taurino, en el seno de la comisión de Presidencia del Gobierno e Interior, del Senado que preside. "¿Por qué doy tanta importancia a- la erradicación del afeitado?", se pregunta. "Porque me gusta la fiesta, y por tanto la quiero auténtica y sin trampas. Hemos empezado en la subcomisión por abordar el afeitado pues se trata de un fraude, que existe, y lo que pretendemos es acabar con él, por todos los medios á nuestro alcance".Por lo que se refiere a la acusación de "campañismo" comenta: "No siento antipatía hacia los ganaderos sancionados; por el con trario, cuando se anuncian toros de Miura, Guardiola o Buendía, acudo a la plaza con especial interés, pues me gustan esas ganaderías.Tampoco hay problema re gional, aunque bien sé que tratan de hacer ese montaje, dejando caer que hemos iniciado una campana contra los ganaderos andaluces. Hay ganaderos multados de otras regiones, lo cual no presupone animadversión alguna. Ha salido a relucir el afeitado como uno de los males mayores porque existe".
Miura tiene astas de otros tres toros pendientes de análisis, y asegura que está preocupadísimo por los resultados: "Ante la sanción ya impuesta, que es injusta, me temo otra injusticia, y no sé cómo reaccionaría. En mi casa, jamás, en los cuarenta años que llevo la ganadería, ha habido fraude de ningún tipo, y no lo iba a cometer a estas alturas. Tampoco cabe pensar que afeiten los toros en los corrales de la plaza, pues los acompaña un mayoral de mi absoluta confianza. Mi opinión es que alguien quiere desprestigiar al hierro de Miura y se vale de la faltade garantías que ofrece la Escuela de Sanidad Veterinaria para efectuar los análisis".
"Campaña de desprestigio"
Los hermanos Guardiola, Juan y Jaime, se manifiestan inequívocamente contrarios al afeitado, partidarios de que se impongan multas máximas a los infractores, y se ofrecen a la Administración para colaborar en su erradicación, pero afirman que el sistema de análisis no ofrece garantías. Incluso dudan de la objetividad de los veterinarios encargados de esta tarea. Afirma Juan Guardiola: "Estos veterinarios saben quiénes son los afeitadores sin necesidad de examinar las astas, y en cambio no los sancionan. De ahí que estemos convencidos de que hay favoritismo hacia determinados ganaderos, y campaña contra los de más prestigio, como Miura, Buendía, nosotros mismos, a pesar de que jamás hemos permitido que se toque un pitón".A nuestra observación de si sería posible que la manipulación se hiciera una vez los toros en la plaza, los hermanos Guardiola creen que no, aunque tampoco están convencidos de. que la vigilancia ofrezca garantías absolutas. El toro por el que se les ha sancionado es el que se lidió en Madrid el pasado 7 de julio, en la corrida de la Prensa, y al preguntarles qué seguridad tenían de que nadie lo manipuló en los corrales, respondieron: "Confiamos en que la empresa será lo suficientemente responsable como para mantener la adecuada vigilancia en sus dependencias".
Babelia
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