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TEATRO / CRÍTICA

Algunas lecciones

Borsani y Di Paola llegaron a Madrid desde Argentina y presentaron, en el teatro Martín, un espectáculo sobre Sade que provocó reacciones muy diversas. Atrajeron un público, pero chocaron frontalmente con otro que estaba fuera de su sintaxis.Han trabajado desde entonces en espectáculos de madrugada y han conseguido hacerse con su público. Trabajan ahora en un escenario que es casi una cornisa en Damajuana, en las fronteras del barrio de Maravillas -calle del Pez-, para un público juvenil.

Lo que interesa sobre todo de su trabajo, las cuatro escenas de que consta La mansión de Mr. Jons y otras historias, es la conexión con esos espectadores diferentes, arrojados por los suelos y colgando prácticamente de las escaleras en un viernes por la noche; podrían tener público, local y barrio una resonancia lejana de la Rue Jacob y sus proximidades en el París de los últimos años cuarenta, pero convertida la náusea de entonces en la condición burlona, desdeñosa, de esfuerzo por estar en la superficie y no dejarse traspasar, de formas jóvenes de pensar y sobre todo de estar hoy en Madrid.

La mansión de Mr

Jons del Laboratorio de Arte Dramático del GAD.Elenco estable: Carlos Borsani, Enriqueta, Bullrich, Carlos Casado, Carlos di Paola, Pepe Requena, Tizi Sifredo, Susan Sylvester, Tereska Woroniucka, Kike Seoane. Dirección: Carlos Borsani y Carlos di Paola. Estreno: Damajuana, Pez, 27, 18 de noviembre de 1983. Madrid

Lo que se aprende viendo este trabajo es la capacidad de asumir apócopes, abreviaturas, alusiones expresivas, para entenderse con los espectadores.Es un teatro taquigráfico, de ritmo veloz, hecho para personas elaboradas por la sintaxis del cine, por la velocidad narrativa de ciertos spots de televisión, por un sentido parodístico de tercer o cuarto fondo y una crítica a otras formas de cultura rechazada o exagerada por quienes la producen.

No va mucho más allá de esta busca de lenguaje. Es una juglaría actual, y tiene su ágora. La limitación de medios es tan superior a las intenciones, que las encierra en sí mismas. Se pueden retener dos valores de lección: la capacidad de creación de clima, de ambiente, de comprensión y participación, es una; la posibilidad de desarrollar ese lenguaje teatral en el futuro y oor otros medios, superando el arcaismo dogmático del teatro tradicional, es otra.

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