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La 'globalización' en el comercio de Estado

Los partidos políticos consideran legítimo que el Gabinete utilice presiones económicas contra el Ejecutivo galo

El principal grupo de la oposición -formado por Alianza Popular, Partido Demócrata Popular y Unión Liberal- ha destacado que la decisión del Gobierno español de congelar el comercio de Estado con Francia revela que, en materia de política exterior, el Gobierno de Felipe González está dando "palos de ciego".Cualificados portavoces consultados ayer por este periódico alegaron que la medida, en sí misma, podía resultar beneficiosa para los intereses españoles. Pero añadieron que les resultaba inconcebible que se pasara con tanta rapidez del triunfalismo y los abrazos con que concluyó, la pasada primavera, la reunión de varios ministros galos y españoles en la localidad segoviana de La Granja a las "bofetadas actuales".

El portavoz de asuntos exteriores de AP, Guillermo Kirkpatrik, manifestó que en la adquisición de armamento debe primar el criterio de la calidad antes que el político. "Ahora bien, si no nos perjudica comprar a otro país y las medidas contra Francia sirven para la clarificación de nuestras relaciones con ese país, apruebo la medida". "En cualquier caso", añadió Kirkpatrik, "resulta incomprensible la política exterior de este Gobierno, que pasa de los abrazos a las bofetadas". El portavoz del PDP, Modesto Fraile, coincidió en la apreciación de que "es inconcebible que en pocos meses vayamos del más absoluto triunfalismo a la adopción de medidas como las actuales. Es demericial y absurdo. El Gobierno, en política exterior, da palos de ciego".

El portavoz aliancista en la Comisión de Defensa, Jorge Verstryrige, agregó: "Probablemente hubiésemos tenido más medios de presión sobre Europa de haber orientado nuestras compras de armamento -como, por ejemplo, el programa FACA- hacia la CEE. Se perdió entonces una buena ocasión. Hoy, habida cuenta de la actitud de Francia, me parece legítimo que el Gobierno español utilice las compras de armamento, u otras, a este país como medio de presión para entrar en la Comunidad. Los franceses", concluyó, "deben comprender que no se puede estar siempre a la vez al plato y a la tajada".

Como se hallaban ayer ausentes del hemiciclo los ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa, este periódico recabó la opinión del presidente de la Comisión de Defensa del Congreso, el socialista Guillermo Galeote, quien respondió: "No puedo opinar, porque no sé si la noticia publicada en EL PAIS responde a la realidad o se trata de un invento del articulista".

Especialmente contundente se mostró el ex presidente Adolfo Suárez, a quien la medida del Gabinete le pareció "perfecta".

"El Gobierno debe agotar todas las posibilidades para demostrarle al Gobierno francés que no podemos tolerar que el país vecino siga siendo el santuario de ETA y nuestro principal adversario para ingresar en la CEE", manifestó. Dijo que de su propia experiencia como primer ministro podía afirmar que, con respecto a España, "ni jugó correctamente el Gobierno de Giscarct ni lo está haciendo el de Mitterrand".

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Finalmente, los portavoces de las minorías nacionalistas adoptaron criterios más pragmáticos.

Para el vasco Marcos Vizcaya, Ios negocios son los- negocios, pero si el cambio de cliente, además de sernos favorable económicamente, también nos beneficia políticamente, miel sobre hojuelas". Joaquín Molins, de la Minoría Catalana, se mostró partidario de que el Gobierno actúe como mejor crea para defender nuestros intereses, "pero creo que en ningún caso ningún Gobierno inteligente debe tomar posiciones explícitas y hacer propaganda de actuaciones de castigo".

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