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La mitad del crecimiento económico de este año procederá de la producción de General Motors

Casi la mitad del 2,1% de aumento en la producción le bienes y servicios esperado durante el presente año procederá de la puesta en marcha de la General Motors, en Zaragoza, cuya actividad quedará incluida en la base de comparación y no influirá el próximo ejercicio en el crecimiento de la economía española. La estimación está reflejada en un estudio reservado de la Administración. En opinión de expertos privados, el dato extrema la dificultad de que haya en 1984 una expansión del 2,5% (objetivo del Gobierno), imprescindible para crear les 182.500 puestos de trabajo netos previstos. En caso contrario, los reajustes preparados -apretar más los impuestos y el control monetario- deprimirían la actividad, al recortar la demanda.

Según el estudio de la Administración, los más de 200.000 coches producidos por primera vez en General Motors suponen cerca de medio punto, sobre un producto interior bruto (PIB) que superará este año los 22 billones de pesetas. A ello hay que añadir los efectos sobre la industria y servicios que rodean la fabricación de automóviles, así como la exportación de buena parte de los coches. Todo quedará sepultado el próximo año en la base estadística de cómputo, de forma que sólo influirá sobre el crecimiento económico español el aumento que tenga la producción de dicha empresa.La presencia productiva de General Motors ha sido olvidada por quienes no creen en las cifras del Gobierno, condenados en los últimos meses a sorprenderse cuando éstas parecen quedar confirmadas por las escasas estadísticas disponibles. Pero, los gabinetes privados de estudios, incluso los que vaticinaron un deterioro de la actividad a partir del verano, han elevado sus estimaciones sobre el crecimiento del presente año.

Aunque pocos confían en el 2,1% avanzado oficialmente (de momento sólo se han apuntado públicamente la Confederación de Cajas de Ahorro y algún banco), las opiniones conocidas coinciden con la Administración, por lo general, en que el mayor poder adquisitivo ha elevado el consumo, al tiempo que el tipo de cambio ha favorecido las exportaciones. Tanto la patronal CEOE como el asesor privado José Diego Teijeiro (AEB) están ahora por el 1,5%, argumentando que se retrasó el recorte en la demanda debido a la aceleración del índice de precios, las retenciones fiscales y la política monetaria. Hace varios meses no apostaban siquiera por el

En efecto, el. mayor consumo privado y las ventas al exterior justifican el alza del crecimiento económico, como puede apreciarse en el cuadro adjunto. Desde esta perspectiva, se explica que el índice de producción industrial haya registrado aumentos de hasta el 4%, incomprensibles a la luz de su evolución en los últimos afios y de las encuestas del Ministerio de Industria sobre la actividad del sector.

Cambios sectoriales

El Gobierno espera que el crecimiento económico real de la industria sea del 2,8%, frente al 2,5% en la agricultura, descenso del 1% en la construcción y aumento del 2% en los servicios. Por primera vez en algunos años, los servicios dejarán de ganar peso sobre el conjunto de la economía -fenómeno acusado por todas las economías occidentales-, mientras que la industria se recuperará de la recesión.Sin embargo, las estadísticas tienen múltiples perfiles, casi siempre dependientes de la base de comparación. Pueden hacer cierto que la economía española está en auge (según datos oficiales, el prirner trimestre crecía al 2%, el segundo al 2,2%, el tercero al 2,4% y en el actual lleva un 2,6%, siempre respecto a iguales trimestres de 1982) y, a la vez, que su ritrrio de crecimiento ha caído en el tercer trimestre (la propia Dirección General de Previsión ha señalado que el crecimíento interanual puede estar siendo en el último trimestre del 1 %).

En este punto, la teoría y los indicadores económicos se conjugan con los malos augurios. Si se admite de cara a 1984 el efecto General Motors, y también se tiene en cuenta que disminuirá el consumo privado ante el menor poder adquisitivo de los salarios -debido a más retenciones y menor aumento salarial-, las probabilidades de que se cumpla el 2,5% de crecimiento económico anunciado como necesario para cubrir los objetivos de empleo se hacen prácticamente nulas, salvo fortísimos aumentos de la inversión y las exportaciones.

En ello coinciden a estas alturas expertos del sector privado y también algunos del público. La amenaza de mayor presión fiscal y política monetaria restrictiva, en caso de que los convenios superen el 6,5% de subida salarial, se sitúan, en esta línea. Ha sido realizada esta semana por el ministro de Trabajo, después de que el titular de Economía y Hacienda, al presentar los Presupuestos Generales del Estado para 1984, repitiera que si no se aceptan los sacrificios y reformas "se resentirá (A crecimiento y el empleo", lo que obligaría a endurecer la política económica.

La incógnita que dicen tener los medios empresariales consultados es si con esa respuesta no fallará la estrategia de pasar a "una segunda fase de la recuperación, ya no basada en el consumo ni en el gasto público, sino en las exportaciones y en la inversión privada". Una estrategia en la que, al menos en los objetivos, la patronal se ha mostrado públicamente de acuerdo.

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