Tirar la piedra y esconder la mano
La aparente recuperación de los mercados de valores ha venido a dar la razón a aquellos que no comulgan con el fondo y la forma de la inversión a corto, a la que se culpaba sin ningún género de dudas, de la disparatada situación creada el viernes pasado en las bolsas. Pero si de algo no se puede acusar a los inversores a corto plazo es de tirar la piedra y esconder la mano, y la enorme cantidad de títulos que: el pasado fin de semana salieron a los corros, en modo alguno se le pueden achacar en su totalidad a esta modalidad de inversión.El caso es que las pérdidas acumuladas en estos dos días han sido suficientes para disuadir a los vendedores que se han replegado sin más, llegando incluso a cambiar el signo de sus órdenes. El sector que más claramente vivió esta situación fue el bancario, que pasó de un saldo vendedor para los siete grandes de casi 200.000 títulos, a algo menos de 50.000. No deja de ser significativo que la borrasca que se ha cernido sobre los mercados de valores haya desaparecido al tiempo que el mal ambiente del sector bancario. Los 12.000 títulos que sumaban el Banesto y el Popular como saldo comprador, tuvieron un efecto balsámico en el parqué, y vinieron a confirmar la evolución del resto de los sectores, sobre todo del eléctrico.
A pesar de que todavía quedaba algún rezagado insistiendo en vender, los valores eléctricos se tomaron un respiro, respondiendo a las expectativas de aquellos que han sabido mantener los nervios relajados y se han dedicado a tomar posiciones en algunos de los valores más castigados. Han sido necesarios seis días para que muchos recordasen que el terna del recorte de los dividendos de las eléctricas se viene escuchando por los parqués desde comienzos del pasado verano.
En cuanto a los valores que conforman los sectores industriales, hay que señalar que su evolución continúa siendo positiva. Los valores de estos grupos, que participaron en las materializaciones de beneficios de este fin de semana, comienzan a recuperarse casi tan rápidamente: como creyeron. Fasa y Duro Felguera podrían constituir el ejemplo más representativo dentro, del grupo de las siderúrgicas, dada la celerecidad con que han rebotado desde el rincón de los castigados hasta los primeros puestos de la clase. En opinión de varios especialistas del mercado, esta era precisamente la situación que se esperaba, en general, para los mercados durante este fin de semana.
En el sector de las constructoras también vuelve a renacer la confianza, una vez comprobada la firmeza de la base. Las compañías cementeras han reiniciado el camino de la ascensión, aunque no en bloque. Las ausencias son debidas en general, a esa especie de mal de altura que suelen padecer muchos valores cuando llegan a determinadas cotas.
Las empresas petroleras son, con mucho, los alumnos más aplicados que no sólo no dan disgustos sino que proporcionan continuas alegrías a los que esperan que se comporten así. Mejor o peor acompañadas por el resto de sus compañeras, están logrando mantener sin muchos esfuerzos su indicador sectorial por encima del 200%. Todo esto se refiere al mercado madrileño, aunque a grandes rasgos es aplicable a los otros tres.
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