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El cambio en las Fuerzas Armadas

El Ejercito del año 2000 tendrá un 30% menos de militares

La próxima ley de Plantillas y la nueva ley de la Defensa, piezas básicas de la reforma militar

Carlos Yárnoz

A sólo tres semanas de cumplir su primer año en el poder, el Gobierno socialista parece decidido a emprender una auténtica reforma militar. El Ministerio de Defensa empieza ya a controlar los presupuestos de los ejércitos. La anunciada reforma de la Ley Orgánica de la Defensa (ver EL PAÍS de los días 27 y 28 de octubre) reforzará el control de las Fuerzas Armadas por parte del Gobierno. Pero la auténtica reforma interna se iniciará en breve con la prevista Ley de Plantillas. El Ejército de Tierra del año 2000 tendrá aproximadamente un 30% menos de militares profesionales que el actual, que cuenta con cerca de 40.000 suboficiales, oficiales, jefes y generales. Ésa es la meta a que se pretende llegar con la citada ley, según estimaciones de expertos militares en esa área. La reducción ya ha comenzado, precisamente por la cúspide, por los generales.

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El actual Ejército de Tierra tiene un mando por cada seis soldados. En los escalones más altos hay 165 generales en activo en el grupo de mando de armas -con mando sobre tropas-, más otros 135 en el grupo de destino de Arma o Cuerpo -con destinos de carácter burocrático. "Como para mandar los ejércit,os de toda la OTAN en Europa", dice un teniente coronel destinado en el Ministerío de Defensa. Un alto cargo del departamento ha indicado que, con la elaboración de la futura ley de Plantillas, -el Ejército de Tierra es el único que no tiene una plantilla definida- "se aborda la auténtica reforma militar, y ya está suponiendo importantes fricciones entre el Ministerio de Defensa y el Cuartel General del Ejército de Tierra".Para muchos jefes y oficiales, la futura ley -actualmente en plena elaboración y sin incluir todavía porcentajes concretos de reducción- supondrá una enorme limitación de sus posibilidades de acceso al generalato, lo que puede originar un profundo malestar, especialmente entre los 5.900 comandantes y tenientes coroneles actuales.

Para iniciar la reducción de mandos, el ministro de Defensa, Narcís Serra, ya ha dado instrucciones al Consejo Superior del Ejército -encargado de clasificar a los aspirantes al generalatopara que,- inicialmente, la selección se haga teniendo en cuenta una próxima reducción del 20% en la plantilla de generales. En el escalón más elevado, el de tenientes generales, ha comenzado ya la reducción y, de hecho, en septiembre había 19 tenientes generales en el grupo de mando de armas, pero el próximo mes ya sólo habrá 15, según anunció Serra el pasado día 4 en las Cortes.

La ley será aplicada a lo largo de los próximos años, pero no supondrá para ningún militar actual el abandono obligatorio de la milicia. No obstante, es muy posible que el Ministerio de Defensa apruebe alguna norma para que los militares actuales puedan pasar a la denominada Reserva Activa -similar al retiro- con una aceptable remuneración económica mensual. En principio, la disminución de mandos se hará progresivamente por dos sistemas: reduciendo, incluso al 50% en un futuro, el acceso al generalato, y disminuyendo la cifra anual de ingresos en la Academia General Militar.

La reducción de generales se hará de acuerdo con las directrices del Plan de Modernización del Ejército de Tierra (META), entre cuyos programas figura el de Recursos Humanos (HUMA). El META prevé, entre otras cosas, la reducción de las actuales nueve regiones militares a seis, la disminución de las actuales 25 brigadas operativas a 14 o 15 y la desaparición de las nueve brigadas de Defensa Operativa del Territorio (DOT). Paralelamente, muchos de los cargos desempeñados ahora por generales -en el Museo del Ejército, Patronato de Casas Militares, Patronato de Huérfanos, gobernadores militares y otros- serán ejercidos por militares de menor graduación.

Respecto a los destinos que ocupan actualmente los generales, cabe señalar, por ejemplo, que sólo en Madrid hay destinados unos 130.

Paralelamente, el HUMA prevé para el año próximo la reducción de los 230.000 soldados que ahora integran el Ejército a 210.000. La meta fijada para 1990 se sitúa en una cifra aproximada a los 150.000 soldados.

La carrera acaba en coronel

Con la reducción de generales, la más alta graduación que alcancen la mayoría de los militares del Ejército será la de coronel, mientras el acceso al generalato, será exclusivo para los más selectos. Hasta hace pocos meses, el sistema de ascensos originaba casos tan irregulares como el registrado con la primera promoción de la Academia General: todos sus miembros han ascendido al generalato en los últimos años, lo que ha originado un cuello de botella en contra de las promociones siguientes.

Según opinan expertos en plantillas del Ejército, los actuales comandantes y tenientes coroneles alcanzarán casi en su totalidad el grado de coronel. De los actuales capitanes, sin embargo, sólo un mínimo porcentaje llegará a general, y los que lleguen a coronel lo harán en muchos casos por la vía de los mandos de apoyo, es decir, como militares sin mando directo sobre tropas.

Pero según han coincidido las distintas fuentes consultadas, la clave de la anunciada reforma en la plantilla del Ejército de Tierra reside en el número de jóvenes que ingresan anualmente en la Academía General Militar de Zaragoza. La 25ª promoción, que concluyó sus estudios en 1980, estaba integrada por 416 personas. En 1982 ya sólo ingresaron 277, y este año, 221. Estas disminuciones continuarán en las próximas promociones y, según expertos militares, deberán estar sensiblemente por debajo de la cifra de 200.

Esta reducción en el número de cadetes será paralela a la modificación de los sistemas de enseñanza militar en las academias. Entre los propios oficiales jóvenes se estima que Narcís Serra está retrasando en exceso la reforma de la enseñanza militar -está prevista una ley sobre esta cuestión-, mientras fuentes del Ministerio de Defensa han señalado que "conviene avanzar con prudencia en este campo".

La reforma militar emprendida por el Gobierno socialista se mueve sobre tres ejes concretos preferentes.

El primero consiste en la rácionalización de la gestión económica, mediante la cual, el control de los elevados presupuestos de defensa -los de 1984 ascienden a 550.000 millones de pesetas- es asumido progresivamente por el propio ministerio.

El segundo se refiere a la estructuración de los órganos superiores de la defensa, y ya ha sido concretado el pasado mes en el proyecto de reforma de la ley orgánica de la Defensa.

El tercer eje prioritario, frente al que los militares profesionales se muestran más sensibles, es precisamente la elaboración de la nueva ley de Plantillas, que será estudiada por el Constjo de Ministros a finales de este año o comienzos del próximo. El propio ministro de Defensa, al referirse el pasado 4 de noviembre en las Cortes al esfuerzo por estructurar las Fuerzas Armadas a las necesidades actuales, afirmó que "la ley de Plantillas traduce como ninguna otra este esfuerzo". "Detrás de la ley de Plantillas está el proceso de adaptación, de la realidad actual a esa definición futura de los ejércitos que queremos".

Como paso previo a la elaboración del proyecto de ley de Plantillas, los técnicos del Ministerio de Defensa han tenido que revisar y modificar el objetivo de fuerza (las unidades y la potencia bélica adecuadas), decidir cuántas divisiones y brigadas operativas tendrá el Ejército y analizar la futura organización militar del territorio.

Un Ejército viejo

Hasta que en diciembre de 1981 se aprobó la ley de Clasificación de Mandos y Regulación de Ascensos, los ascensos se producían por estricto orden de antigüedad, de acuerdocon el escalafón elaborado para cada promoción cuando los integrantes de las mismas abandonaban las academias mil¡tares. A la vista de estos escalafones, la mayor parte de los tenientes recién salidos de las academias ya sabían, de acuerdo con su edad, si llegarían o no al generalato. Los ascensos eran sólo un premio al tiempo transcurrido en el Ejército, y en este sentido, alcanzar el generalato era simplemente "el preniio fin de carrera", como recordó el mismo día 4 el parlamentario centrista Luis Mardones.

Con la ley de Clasificación de Mandos y, en octubre pasado, con un real decreto que desarrolla la ley, se introdujeron nuevos criterios. En estas nuevas normas se indican ya algunas condiciones que deben reunir los militares. para el ascenso a los escalones superiores, pero continúa primando por encima de todo la antigúedad. De hecho, y como ejemplo, un comandante perteneciente a la 18ª promoción ya sabe ahora que as

El ejército del año 2000 tendrá un 30% menos de militares

cenderá a coronel antes del 1 de febrero de 1992. En el Informe General 1/1977 del Ministerio de Defensa se decía textualmente: "Seamos conscientes: somos uno de los ejércitos más viejos del mundo".Desde entonces, la situación apenas ha variado. La edad media de los generales españoles en activo ronda los 62 años de edad; la de los coroneles, 58; y capitanes, 38. Las diferencias de edad con militares de otros ejércitos modernos quedó patente durante las recientes maniobras hispano-estadounidenses Crisex-83. Los responsables máximos del ejercicio eran el presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, teniente general Álvaro Lacalle, de 65 años, y el segundo jefe del Mando Norteamericano en Europa, general Richard L. Lawson, de 54. Los mandos directos de la operación fueron el teniente general del Aire Gregorio Martín Olmedo, de 64 ,años, y el general Ernest T. Cook, de 48.

'Filtros' para la carrera

Con la aplicación de la ley de Clasificación de Mandos -que se aplicará progresivamente a lo largo de los siete años próximos-, el Ejército podrá tener capitanes de 26 años, coroneles de 50 y generales de 53 o 54.

Con objeto de que los ascensos no se produzcan exclusivamente por orden de escalafón, cada teniente salido de las academias pasará los siguientes filtros a lo largo de su carrera, según la misma ley de Clasificación: curso de ascenso a jefe (para ser comandante), primera clasificación básica (para dividir a los comandantes entre mandos operativos y mandos de apoyo), segunda clasificación (para dividir a los tenientes coroneles entre posibles mandos superiores y mandos de apoyo), curso de aptitud a mandos superiores (necesario para aspirar al generalato), clasificación positiva del Consejo Superior del Ejército para acceder al generalato y nombramiento de general por el Gobierno, a propuesta del ministro de Defensa.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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