Antonio Saura profundiza en su concepto de 'canibalismo artístico'
El pintor expone en Madrid sus 'Quince Retratos Imaginarios'
La colección de Quince Retratos Imaginarios del pintor Antonio Saura (Huesca, 1930) se exhibe desde hoy en la nueva galería Antonio Machón de Madrid. Son óleos pintados en Cuenca el pasado verano con los que Saura ha vuelto a responder al reto de encerrarse y crear a partir de un cuadro, en una iniciativa que él mismo califica de canibalismo y que es la prolongación de una experiencia realizada anteriormente en París.
El pintor español residente en París ha venido unos días a España para estar en la exposición de sus Quince Retratos. Rodeado de sus óleos explica que este trabajo es consecuencia del anteriormente realizado én París, donde durante todo el mes de mayo se encerró con el retrato de Dora Maar, de Pablo Picasso."Fue un reto conmigo mismo. La primera vez que hacía una experiencia semejante. Cada día hacía una variación diferente a partir de ese cuadro. La obra se convirtió en una estructura pura que conseguí hacer mía en una operación de canibalismo".
La colección de pinturas que se exhibe en la galería está realizada con los grandes trazos característicos de la obra de Saura. Los colores utilizados en todos los óleos son el ocre amarillo, el siena tostado, el blanco y el negro. Los retratos son variaciones formales en las que Saura juega incluso a travestir a Felipe II en Dora Maar.
La experiencia le resultó interesante tanto artística como personalmente, hasta el punto de continuar con ella este verano en su ciudad, en Cuenca. La innovación en este segundo reto está motivada por el retrato del perro de Goya, "una de las obras más importantes que se han creado. Es un cuadro maravilloso en el Antonio Saura que se plantean problemas plásticos de gran modernidad y novedad. Goya tiene, además, la increíble audacia de apostar por el vacío al que él se asoma en forma de perro".
Violencia y agresividad
Antonio Saura asegura que la experiencia ha sido lograda, pero que no está dispuesto a repetirla, "porque pudo haber sido un desastre. Hay pintores que tienen un sistema burocrático de trabajo, que se enfrentan a la tela de forma pausada. Yo nunca trabajo así. Mi forma es violenta y agresiva. No doy más de un día de plazo para un cuadro y así no se puede trabajar siempre. Yo prefiero esperar al reto,al duelo, al diálogo, porque en lo que no creo es en la necesidad de expresión, comunicación o cosas semejantes. Es un riesgo constante, pero yo elijo la frescura, la espontaneidad y todo aquello que esté en relación con la vida misma".El tiempo libre que le dejan sus retos pictóricos lo dedica a ver pintura, tanto clásica como contemporánea. "Me interesa conocer todo lo que se hace, y son muchas las cosas que me gustan". De la pintura contemporánea española dice que se están haciendo muchas cosas interesantes. Su interés se extiendé especialmente a la transvanguardia. "Me interesa mucho porque vivimos un momento en el quela pintura vuelve a ser un riesgo. Como yo he trabajado así, me reconozco y me identifico con todos estos movimientos".
Saura añade que los factores de especulación que algunos autores denuncian en relación con la transvanguardia, no pueden suponer la descalificación de estos mov imientos artísticos, "porque son factores que han existido siempre. Es inevitable, pero no creo que estas últimas tendencias respondan únicamente al dictado de las galerías. Sería iluso e irreal suponer que el arte está totalmente desligado de los intereses comerciales. No puede ser pero, insisto en que pienso que las nuevas generaciones, al igual que ha ocurrido casi siempre, imponen sus formas de expresión tal cual consideran que debe ser. Siempre hay oportunistas que se pueden apuntar a una determinada moda, pero pienso que son la excepción".
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