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Francia y Argelia califican de histórico el viaje de Chadli Benyedid a París

Franceses y argelinos coinciden al calificar de histórico el primer viaje oficial de un presidente de Argelia a Francia, dos años después de la independencia de la ex colonia francesa. Chadli Benyedid llegó ayer a París, donde permanecerá tres días. Ese carácter histórico es sólo real en el plano simbólico. El acercamiento entre los dos países se ha producido paso a paso desde que en 1962 Argelia accedió al rango de país soberano.

Mañana, el presidente argelino, bajo el Arco de Triunfo de la capital francesa, protagonizará el clásico acto de homenaje al soldado desconocido. Indirectamente Chadli se inclinará respetuosamente ante el Ejército francés, que durante 132 años defendió la soberanía de la colonia a sangre y fuego cada vez que lo necesitó. Esa larga historia colonial y los ocho años de guerra franco- argelina, sembrada de torturas y de sufrimientos sin fin, sellarán el contencioso pendiente. Por ello, ambas partes hablan del carácter histórico de esta visita. Incluso los pies negros (franceses residentes en Argelia en el momento de la independencia), a través de su organismo federativo, han anunciado que se resignan suprimiendo todo tipo de manifestaciones contra Chadli.Por lo demás, tras muchos años de altos y bajos, desde que, en 1962, se firmaron los acuerdos de Evian -que reconocieron la independencia de Argelia-, las relaciones entre la metrópoli y su ex colonia se.han serenado, especialmente desde que los socialistas llegaron al poder, en 1981. Los 800.000 inmigrantes argelinos en Francia, las cuestiones diplomáticas y las relaciones bilaterales constituyen, en estos instantes, problemas serios, pero no insuperables.

François Mitterrand consiguió la paz franco-argelina que no fueron capaces de sellar sus antecesores. En cuanto el presidebte fiancés reveló que quería modificar las relaciones Norti-Sur y que, para ello, necesitaba a Argelia como plataforma, los dirigentes de la ex colonia pidieron una traducción en la práctica de esas buenas intenciones. Mitterrand así lo hizo, firmando un fabuloso contrato de compra de gas argelino a precio político, es decir, un 20% más caro de como se cotiza normalmente.

Con este negocio (9.000 millones de metros cúbicos anuales de gas hasta 1990) Mitterrarid ha conseguido, a su vez, que Argelia le firme contratos agrícolas, de construcción, armamentísticos y de transportes. Y a cuenta de las buenas disposiciones diplomáticas de París, Argel pide présitamos cada vez más importantes. Actualmente le debe a Francia 50.000 millones de francos, cifra inquietante a juicio de los franceses.

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