El presidente Pertini almorzó ayer con los soldados italianos destinados en Líbano
Con un gesto de sorpresa que ha despertado mucha simpatía en opinión pública, Sandro Pertini presidente de la República, decidió ayer, Día del Ejército en Italia, trasladarse a Beirut para almorzar con los soldados de lo que definen como "el cuartel más en peligro del país".Se ha tratado de una visita casi privada. Quiso que le acompañara únicamente su ayudante militar. Y su encuentro con los soldados italianos fue como una fiesta en familia. "Podemos decir con orgullo que los soldados italianos no quieren ser superiores a los demás pero ciertamente", afirmó, "tan poco son inferiores a ningún otro soldado del mundo".
Horas antes, el parlamento italiano, tras un vivo debate, había apoyado don 335 votos a favor y 218 en contra la permanencia do contingente de paz italiano en Beirut. Se opusieron los comunista, que consideran que la fuerza multinacional no debe verse implicado en acciones de guerra, mientras los norteamericanos, dijo por ejemplo Giancarlo Pajetta, se han puesto ya a favor de una de la partes en conflicto. Sin embargo, el dirigente comunista reconoció que hasta ahora el contingente italiano ha honrado su actuación "manteniéndose siempre neutral" El peligro es, dicen los comunistas que los soldados italianos puedan acabar empujados e implicados por los norteamericanos en acciones bélicas.
El presidente Pertini se encontró en Beirut con algunos miembros de la comunidad italiana, a quienes abrazó pidiéndoles que le trataran de tú. Pertini había salido de Roma a las once de la mañana y regresó a las tres de la tarde.
Comió con los soldados italianos, quienes comentaron que era como "si hubieran venido nuestros padres a vemos". Y, en realidad, el anciano presidente de la República, les habló también como a unos hijos y les divirtió con algunas de sus clásicas ocurrencias.
En el aeropuerto de Beirut, Pertini fue recibido por el primer ministro libanés, Chafic Wazan, en ausencia del presidente, Amin Gemayel, que está en Ginebra siguiendo las difíciles negociaciones en curso.
Pertini no quiso mantener en Beirut entrevistas de carácter político, ya que, dijo, "he venido sólo a abrazar a nuestros bravos muchachos italianos". Ha sido una baza más de este hombre que sabe como ningún político captar con puntualidad los sentimientos populares más genuinos y adelantarse incluso a sus deseos. También ayer el país le aplaudió con calor por su gesto de simpatía y de valor, ya que más de uno de sus mismos colaboradores le había desaconsejado un viaje que consideraban en el fondo peligroso.
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