La orquesta de cámara, en la Europa de nuestro tiémpo

Con la presentación de la Orquesta de Cámara Orpheus, de Nueva York, comenzó en el Teatro Real el undécimo ciclo de la Universidad Autónoma, cuyo departamento de música regenta el compositor José Peris Lacasa. Tras el conjunto estadounidense desfilarán por la escena de la plaza de Oriente otros seis grupos de cámara procedentes de Berlín, Zagreb, Roma, Varsovia, Hamburgo y Budapest.Orpheus reúne a 16 instrumentistas de gran categoría, cuya técnica se adapta a las exigencias de cada estilo y al pensamiento de cada autor. Un Quinteto para piano e instrumentos de viento (K 452) y el Divertimento número 11, para oboe, trompas y quinteto de cuerda (K 251), representaron a Mozart en la mitad del programa. Fueron expuestos con nítida transparencia, gran calidad sonora y una cohesión absoluta. Todo el valor de las versiones procede del nivel profesional de las individualidades, capaces de acoplarse con igual perfección en las distintas combinaciones.

La Primavera apalacheana es uno de los ballets definitorios del nacionalismo colorista de Aarán Copland, junto con Rodeo y Bill, el niño.

Nacido para una combinación de trece ínstrumentos (piano, flauta, clarinete, fagot y cuerdas), aunque el compositor lo orquestiara, luego para plantilla sinfónica, presenta mayor interés la concepción camerística con cuanto supone de aprovechamiento al máximo de todos los recursos instrumentales.

Fue tocada tan primorosamente como el concierto Dumbarton oaks, una de las muestras significativas y máximamente depuradas del Stravinski neoclasicista y siempre fuertemente personal.

El público, que llenó totalmente el Real, aplaudió con entusiasmo a los músicos neoyorqumos después de cada una de las versiones. El tercer ciclo sobre La orquesta de Cámara en la Europa de nuestro tiempo comenzó, un tanto paradójicamente, con este soberbio ensamble norteamericano en el que flexibilidad y magisterio se aúnan.