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Raúl Morodo: "España es calificada como el país democrático más sensible hacia el Tercer Mundo"

Raúl Morodo es, desde hace pocas semanas, el nuevo embajador de España ante la Unesco, que el pasado día 25 de octubre abrió su Conferencia General bianual, destinada a fijar el programa de trabajo y la aprobación de su presupuesto (433 millones de dólares). La Unesco es el único foro que acoge a todos los países del mundo. Su objetivo consiste en favorecer el mantenimiento de la paz por medio del desarrollo de la educación, la ciencia, la cultura y la comunicación. Esta última cuestión ha sido agriamente debatida los últimos años en la Unesco entre los países ricos y los pobres. Estados Unidos, que aporta el 25% del presupuesto de la Unesco, ha amenazado en algún momento con retirar su ayuda a causa del tercermundismo e izquierdismo de la organización. Morodo, comenta la visita del Rey a la Unesco en el marco de su Conferencia General.Pregunta. Con Mitterrand, el Rey es la personalidad más importante invitada a intervenir en la Conferencia General de la Unesco. ¿Por qué?

Respuesta. Don Juan Carlos ha sido invitado por el director general de la organización, de igual manera que él viajará a España oficialmente el año próximo. Todo ello se debe, sustancialmente, a que hoy España, dentro de los países democráticos, sin ser tercermundista, está considerado como el más sensible a los problemas del Tercer Mundo, y por encima de todo, a los latinoamericanos.

P. ¿Cuál es el interés de esta intervención del Rey en la Conferencia General de la Unesco?

R. La significación de la visita oficial de los Reyes de España a la Unesco es histórica. Por primera vez, un jefe de Estado español acude a la máxima organización mundial de la educación, la ciencia, la cultura y la comunicación. Por otra parte, el que su visita coincida con la Conferencia General quiere decir que embajadores, ministros, delegaciones y personalidades de los 160 Estados miembros escucharán el discurso del Rey de la nueva España democrática.

P. Usted acaba de ser nombrado embajador ante este foro mundial. ¿Tiene ello una significación especial respecto a la que será la política española en la Unesco?

R. Creo que soy un hombre de la cultura española, y como tal, antes de nada, me encuentro aquí. Y entiendo que, en el mundo actual, la España de hoy puede pesar allí donde la cultura y la imaginación se manifiesten; es decir, en todas partes. Pero muy señaladamente en un marco como el de la Unesco. Y toda mi labor futura será progresista, como lo es la del Gobierno.

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Problema caliente

P. De los 14 programas de acción que perfilará la Unesco en la Conferencia General que ahora se celebra, el de La comunicación al servicio del hombre es el más conflictivo en el seno de la organización. ¿Cómo prevé usted la evolución de dicho tema?R. Este debate, en efecto, es el más caliente de los que se desarrollan en el seno de la Unesco. Pero es lógico, dados los diferentes sistemas sociales de los Estados que cohabitan en la organización, de igual manera que son enormes las desigualdades económicas. Algunos datos plantean el problema: los países en desarrollo o subdesarrollados representan el 70% de la población mundial y no controlan más que el 17% de la distribución de los periódicos. Las cuatro grandes agencias de los países industrializados del Norte transmiten más de cuatro millones de palabras diarias, contra las 40.000 palabras del pool de las agencias de los países no alineados. Ahora bien, la prensa libre y la prensa estatal entran en este planteamiento y, por todo ello, la cuestión no puede simplificarse. Creo que la Unesco está exponiendo el problema. Resolverlo no será fácil, pero ya es mucho abrir caminos.

P. ¿Apoyará España el aumento del presupuesto de la Unesco para los próximos años?

R. Sí lo apoyará.

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