Familiares de miembros de ETA, detenidos en la Audiencia Nacional por aplaudir a un procesado
Cuatro personas, familiares de presos de ETA militar, fueron detenidas ayer, en la sala antiterrorista de la Audiencia Nacional, por aplaudir las frases pronunciadas por uno de los procesados al concluir el juicio contra cinco presuntos miembros del comando Nafarroa (Navarra) de la citada organización. La detención se produjo por orden del presidente del Tribunal, a instancias del fiscal. Esta es la primera ocasión que los asistentes a un juicio contra presuntos miembros de ETA son detenidos y acusados de apología del terrorismo, ya que, frecuentemente, los familiares y amigos de los procesados coreaban en los juicios, frases de apoyo a ETA; expresiones que, en los casos más serios, concluían con la expulsión del público y los procesados de la sala.
Los detenidos son Ángeles Solano, Juana Felicitas y Juan Pedro Garciandía (madre y hermanos del procesado Ricardo Garciandía) y Ana Teresa Lasa (novia del acusado y parlamentario foral de Herri Batasuna (HB), Javier Ilundain, Tapala). También fue detenida, en un primer momento, María Pilar Berrio, concejal de HB del Ayuntamiento de Tafalla, que había asistido al juicio como observadora, al igual que los concejales Mauricio Olite, de HB, y Félix Flamarique y Luis Ayerra, de Alianza Popular. Los parlamentarios forales navarros de HB Iñaki Aldecoa, Josu Iraeta y Ángel García de Dios figuraban asimismo entre los asistentes. Pilar Berrio fue puesta en libertad, tras declarar que no había aplaudido.El incidente se produjo al finalizar el juicio contra Javier Ilundain, Ricardo Garciandía, Francisco Javier Barber, Miguel Asnáriz y Gloria Recarte, para los que el fiscal pedía penas entre 13 y 20 años, aunque en el juicio aumentó la pena en siete años para cada uno de los procesados, excepto para Garciandía, para el que la petición fiscal se elevó a 34 años.
Los presuntos miembros del comando "Nafarroa" están acusados de diversos delitos, entre los que figuran las tentativas de asesinato del industrial Baquerena, en octubre de 1978, y de un policía nacional. Precisamente, el fiscal aumentó la pena solicitada por considerar escasa una pena de tres años por tentativa de asesinato, y fijó la petición en 10 años por cada tentativa.
Ilundain y Barber se encuentran en libertad provisional, y en prisión los restantes procesados. Otro procesado, Juan José Azcona, para el que el fiscal pedía 20 años, y que se encontraba en libertad, no compareció en el juicio.
Cuando el presidente del tribunal preguntó a los acusados si tenían algo más que manifestar, Garciandía afirmó que quería "denunciar la represión que padece el pueblo vasco", y que pensaba "seguir luchando por la paz, la libertad y la independencia de Euskadi". En ese momento, gran parte del público ovacionó a Garciandía, y el presidente del tribunal ordenó la detención de dos mujeres que habían aplaudido y que se encontraban en primera fila. El fiscal solicitó entonces que se detuviera a toda la primiera fila, a lo que se opuso el magistrado, por entender que no todos los de la fila delantera habilan aplaudido. La Policía Nacional detuvo a las cinco personas citadas.
Ángeles Solano, madre de Garciandía, afirmaba cuando era trasladada por la policía: "yo soy su madre, y le he aplaudido al salir, pero sin ánimo de ofender a nadie".
Los detenidos fueron conducidos ante el juez central de guardia, quién ordenó a la policía que realizara el correspondiente atestado, antes de ponerlos a disposición judicial, lo que se hará probablemente hoy.
Las detenciones de las personas que en los juicios respalden públicamente la acción de miembros de organizaciones terroristas podrían estar relacionadas con el nuevo impulso que el Gobierno y la Administración de Justicia pretende dar a las medidas contra el terrorismo.
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