Vicenza, arquitectura para todo un mundo
La atmósfera de Palladio se respira intacta en la ciudad y en las villas colindantes
Vicenza se encuentra en medio de la llanura del Véneto, rodeada de colinas suaves, prados cuidados y verdes, villas dignas del mejor sueño, asociada toda ella, ciudad y campo, al nombre de un arquitecto que proyectó una época y dejó, en sus libros y sus obras, el modelo para todauna forma de hacer que se extenderá en el tiempo y cruzará océanos, Palladio.Pocas veces el mundo -un mundo que entonces se identificaba con Europa- se ha visto más trastornado que en aquellos primeros años con que comenzaba el siglo XVI. La larga, oscura época de la Edad Media moría a manos de las ciudades y la razón. manos de las ciudades y la razón.
Un Renacimiento recién estrendo recorría ya Europa, removía los cimientos de las catedrales góticas, dibujaba nuevos horizontes, daba paso a una nueva edad. Reyes y príncipes se disputaban las fronteras y se repartían las tierras, formaban grandes alianzas y vivían de la guerra. En 1527 tiene lugar el saqueo de Roma. Unos años antes, la Serénissima, la hasta ahora poderosa
Venecia, es derrotada por la liga de Cambray. A la sombra de ambos desastres, empujada por una floreciente industria de brocados de oro y plata y una agricultura rica y sabiamente aprovechada, Vicenza se configura como una ciudad poderosa y culta, que necesita de una arquitectura nueva que la represente ante el mundo, y para ella nació el gran Palladio.
Palladio entra en escena.
En realidad, Andrea di Pietro della Gondola, Palladio, había nacido un día de 1508 en la vecina Padua, pero ya de joven se instaló en Vicenza, trabajando como cantero. En este oficio le conoció el que sería su -mecenas, Giangiorgio Trissino, uno de los más notables humanistas de la ciudad, hombre rico e influyente, que tomó a su cargo la educación del futuro arquitecto, llevándole a vivir a su propia casa. Gracias a él, hace distintos viajesa Roma que le permiten conocer de cerca los modelos clásicos, entra de lleno en el mundo artístico de la época y se hace un nombre entre los nobles y ricos vicentinos. A partir de 1540, sus proyectos se hacen realidad y, hasta la fecha de su muerte, Palladio construirá una Vicenza nueva, hecha de columnas y claroscuros, clásica hasta la transgresión, con una cierta apariencia irreal y la fuerza de un manifiesto.
Les edificios
El más espectacular, sin duda, es la basílica, que, a pesar de lo que su nombre parece indicar, es un edificio civil. Se trata de una fábrica gótica que, habiendo sufrido daños irreparables a finales del siglo XV, el gobierno de la ciudad se planteó reformar. El objetivo era respetar la antigua estructura y al mismo tiempo remozarlo. De todos los proyectos presentados, y después de una premiosa consulta ciudadana, salió adelante el de Palladio: esa imponente cáscara de piedra blanca, abierta en arcadas de dos pisos, rematada en una balaustrada adornada con estatuas, en permanente juego con la luz, la envoltura que el edificio medieval exigía en la nueva época.
Imposible reseñar una por una, las obras palladianas en Vicenza.
e la Piazza Castello a la Piazza Matteotti se despliega el Corso, que lleva el nombre del gran genio: a derecha e izquierda, en las calles laterales, se alzan los palacios -Bonin Longare, Valmarana, Barbaran da Porto, Thiene...- que definen a Vicenza. A medio camino se abre la Piazza del Signori, centro comercial y político de la ciudad desde el siglo XIII. En ella se encuentran la basílica y él Palazzo del Capitano, con una impresionante fachada en ladrillo y piedra. Al final del Corso, la última obra también de Palladio encerrada en el medieval palacio del Territorio, el teatro Olímpico, espacio semicircular, cerrado por una larga fila de columnas y un escenario fijo, sorprendente, puro proyecto arquitectónico, de madera y estuco. Imposible olvidar lo después de visto. En la misma plaza se alza otra de las obras maestras de Palladio, el Palazzo, Chiericati, que alberga hoy al Museo Comunal.
La Serenílima
En 1904 se une a los dominios de la Serenisima y la influencia veneciana, su innegable aire de ciudad gótica, presente en numerosos palacios, convive sin grandes problemas con los diseño palladianos posteriores. Tal como era se mantiene hoy en su núcleo antiguo, rebasados, eso sí, sus antiguos límites, ampliada terriblemente más allá del río Gótico-venecianos son el Palazzo da Schio, llamado la Ca'd'Oro, a imagen y semej a de su modelo en el Gran Canal, el Porto-Breganze, el Thiene y la casa donde murió el célebre navegante Pigafetta, el compañero de Magallanes. Anteriores son la catedral, comenzada a construir en el siglo XIII, que mantiene su primitiva estructura gótica en el interior, aunque esté en su conjunto muy restaurada; la Torre di Piazza, en el mismo centro de la ciudad, y las iglesias de San Lorenzo y San Corona, que guarda en su interior una de las obras maestras de Bellini, El bautismo de Jesús. La más antigua es la basílica de los santos Felice y Fortunato, cuya fundación data del siglo IV, aunque su construcción actual sea la que se hizo en el siglo X. Los antiguos castillos y las toscas casas de labor no servían ya a las necesidades de unos hacendados que tenían en sus mentes el modelo de las construcciones ciudadanas y sentían en sus cuerpos crecientes necesidades de comodidad.
El campo seguía siendo, a pesar de la naciente industria, el pilar básico de la vida económica, y sus propietarios, en gran parte eran hombres cultos.
Las víllas
A final del quatrocento y principios del cinquecento, la llanura del Véneto, rica y cultivada, se puebla de hermosas villas concebidas como residencias al mismo tiempo que casas de labor, villas que cobran su dimensión definitiva en los proyectos y realizaciones de Palladio. El modelo estaba ante sus ojos: las grandes ansiones de recreo de los patricios y senadores romanos. Palladio las ha estudiado bien y hace sus propias propuestas para los nuevos propietarios. La más famosa es La Rotonda, una construcción. casi fantasma¡, con un bloque central cuadrado y cuatro antecuerpos iguales, un prodigio de simetría, concebida como un templo. Pero hay muchas más, repartidas por todo el Véneto, en las cercanías de Vicenza, debidas al gran arquitecto y a sus discípulos, continuadas en siglos sucesivos.
Cerca de La Rotonda, tras un corto paseo a pie, se encuentra la Villa Valmarana, Construida en 1669 por Muttoni: sus estancias fueron decoradas, a mediados del siglo XVIII, por Juan Bautista Tiépolo y su hijo Doménico.
El viaje
Lo más cómodo, desde luego, es moverse en coche. Recordamos que existen bonos de gasolina para los turistas, con precios protegidos, que se pueden obtener en la misma frontera. Para los que cuentan con menos tiempo, lo mejor es ir en avión hasta Venecia y allí alquilar un coche: son tan sólo 54 kilómetros por la autopista. Existen recorridos organizados por le ville. De todos modos, el Ente Provinciale per il Turismo di Vicenza proporciona excelentes folletos con lo! itinerarios principales. Para más información: Organismo Oficial Italiano para el Turismo. Calle de Alcalá, 63. Teléfono 276 80 08. Madrid. En Barcelona: calle Aribau, 212. Teléfono 200 77 76.
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