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Reportaje:

Dulces y aromáticas

La cura de uvas favorece la eliminación de toxinas y amortigua los problemas de dispepsia y estreñimiento

Salud

La vid es un árbol profundamente mediterráneo, símbolo de gran parte de su cultura y sus costumbres. Numerosos refranes, historias y canciones hablan tanto de Ja uva como del vino, productos ligados esencialmente a la historia del mundo latino.Las uvas frescas son muy apreciadas como fruta de mesa, dado, su delicado y exquisito sabor, especialmente las llamadas moscateles. Esta clase de uvas es sumamente aromática y dulce; la mayoría de ellas se emplea en la elaboración de vinos, quedando una proporción relativamente pequeña para la venta en los mercados de frutas.

Sus propiedades diuréticas y depurativas hacen que los naturistas aconsejen curas de uvas. Especialmente en casos de gota, dispepsia gastrointestinal y estreñimiento; es también favorable en las obstrucciones de hígado y vesícula, dado que el jugo de uvas arrastra y disuelve las toxinas, ayudando a su eliminación. La cura se lleva a cabo durante dos o tres días: el primer día se toma medio kilo, repartido en tres veces, y a partir del segundo puede ingerirse un kilo si se desea.

Es necesario que las uvas estén bien maduras, pues las verdes son bastante indigestas y agrias, siendo poco recomendables en los casos de dispepsia y estreñimiento.

Las hojas y los tallos de la vid poseen virtudes terapéuticas importantes. El agua de cepas o agua de primavera, hoy sólo conocida en medios rurales, se aloja en los sarmientos de la vid y se obtiene aplicando un ligero corte al tallo, del que mana gota a gota un líquido considerado antiguamente casi mágico y que se utilizaba como sinecura en múltiples enfermedades. Su eficacia está más que probada en las irritaciones y manchas de la piel, así como en las inflamaciones de ojos.

El agua de primavera se aplica directamente según mana del tallo, dado que se descompone rápidamente al contacto con el aire.

Las hojas de la vid suelen emplearse en cocimiento para cortar las diarreas: se hierven de 28 a 30 gramos de hojas en medio litro de agua durante 15 minutos, se deja enfriar y se cuela; tres tazas al día son suficientes para corregir el desarreglo. El mismo cocimiento, pero más concentrado, se utiliza contra los sabañones: se hierven 500 gramos de hojas en dos litros de agua y se baña la parte afectada durante cinco minutos con el agua muy caliente; el cocimiento sirve para 10 o 12 veces; basta con calentarlo a la temperatura máxima que se pueda resistir.

Las hojas de parra secas y molidas hasta reducirlas a polvo son excelentes contra las hemorragias nasales: se aspira el polvo de las hojas por la nariz y el flujo suele cona se casi inmediatamente.

Las uvas dejadas secar, comúnmente llamadas pasas, aparte de excelentes como alimento, tienen virtudes pectorales y son un buen remedio contra los catarros. Se cuecen 100 gramos de pasas en un litro de agua durante 15 minutos; puede beberse cuando se quiera, pero es conveniente ingerir un buen tazón antes de acostarse.

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