Genscher advierte a Gromiko que Bonn recomendará desplegar los euromisiles si no se obtienen en un mes avances en Ginebra

El ministro de Asuntos Exteriores de la República Federal de Alemania (RFA), Hans-Dietrich Genscher advirtió a su colega soviético, Andrel Gromiko, con el que se reunió ayer en dos ocasiones en Viena, que su Gobierno recomendará al Parlamento federal (Bundestag), el próximo 21 de noviembre, que se pronuncie a favor del despliegue de los euromisiles si para entonces no se han alcanzado progresos en las conversaciones de Ginebra entre la URSS y Estados Unidos.

El portavoz de Genscher añadió que la entrevista con Gromiko se desarrolló en un clima "muy serio, apropiado y franco" y manifestó que el ministro germano occidental había expresado a su homólogo soviético que "nosotros somos amigos y aliados de Estados Unidos, y queremos el diálogo, la cooperación y la distensión con la Unión Soviética", informa la agencia Reuter.El encuentro entre los dos ministros, cuya primera ronda maratoniana -con más de cinco horas de entrevista- tuvo lugar ayer en la Embajada soviética en Viena, transcurre bajo la impresión generalizada de que el despliegue de los misiles norteamericanos en Europa es ya un hecho inevitable. Genscher y Gromiko decidieron celebrar anoche una nueva reunión fuera de programa, antes de la prevista para esta mañana, informa desde Viena Hermann Tertsch.

Gromiko llegó a la capital austriaca procedente de Sofía, en donde, en reunión con los ministros del Pacto de Varsovia, redactó un comunicado que anuncia la disposición oriental a negociar más allá de fin de año en Ginebra siempre que se suspenda el comienzo del despliegue de los euromisiles. Para el caso contrario, el Pacto de Varsovia ya anuncié la instalación de misiles soviéticos en Europa oriental.

Por su parte, Genscher llegó a Viena tras entrevistarse el viernes en Bonn con el responsable de desarme norteamericano, Kenneth Adelman, y con el jefe de la delegación negociadora de EE UU en Ginebra, Paul Nitze.

Genscher quiere proponer ala URSS un programa político a largo plazo que, a pesar de la instalación de los misiles, asegure el mantenimiento del diálogo.