Despertar de un mal sueño
Las bolsas de valores parecen haberse despertado de un mal suefío y querer olvidarlo rápidamente. A la apatía y continuo goteo vendedor que han venido acusando durante dos meses le ha sucedido un frenesí comprador más propio de los años dorados que de tiempos de crisis. Tal vez lo más curioso es que son precisamente los valores industriales, tradicional cenicienta en los últimos años, los que se han convertido en protagonistas destacados de la evolución positiva de los mercados.El nivel que está alcanzando la contratación actualmente en los cuatro mercados indica que la comente compradora no está generada en la zona de la inversión a corto plazo, aunque ésta vaya a ser uno de los principales y más inmediatos beneficiarios de las alzas, sino que las instituciones mediadoras en el mercado del dinero están situadas en el origen de esta pequeña convulsión. La causa no paíece ser otra que la de buscar una cobertura adecuada para los coeficientes que las instituciones financieras deberán tener cubiertos en valores industriales. Aquí es donde se impone la fría lógica del análisis financiero sobre el rumor o la esperanza que mueven la inversión a corto plazo. Aun así, la especulación ha captado la idea y también busca esas'empresas saneadas que en un plazo más o menos largo pueden comenzar a producir beneficios. Al tiempo, y a la sombra de estos árboles, la inversión a corto plazo ha cobijado un pequeño número de valores que participan de las alegrías generales sin pensar que al final hay que pagar la consumición.
Con este panorama, las bolsas presentan una tendencia casi cla,ramente alcista, que queda reflejada en esos 171 valores que ayer subían en los cuatro mercados, frente a los 51 que cedían posiciones, siendo también importante el número de repeticiones, que llegaban a 219. El que el número de valores que suben quede por debajo de los que repiten, cuando los índices generales suben con tanta fuerza, indica que son pocos los elegidos y que las causas de las alzas están claramente definidas.
Un sector quedó ayer al margen de las subidas, y fue precisamente el más importante del mercado: el bancario. Las órdenes de venta siguieron pesando sobre el grupo, cuándo la semana pasada casi consiguieron hacerlas desaparecer. Alguien comentaba con cierta ironía que los bancos están ahora ocupados en otras cosas. Y ciertamente parece así, ya que las variaciones que se registraron en las cotizaciones no se correspondían demasiado con los saldos que quedaron sin contrapartida, al menos con los oficiales. Banesto cedió tranquilamente tres enteros en el mercado madrileño y publicó papel sin operaciones en Barcelona, con algo menos de 100.000 títu los como saldo vendedor, y el Popular se anotó una de las subidas más fuertes, si no la más fuerte del año, con poco más de 22.000 títulos de demanda. También el Vizcaya aprovechó bien sus 700 títulos a la compra y seanotó tres enteros.
Lo más insólito sucedía en el sector eléctrico, en el que el rumor de que las compañías que lo componen van a mantener este año el dividendo en los mismos niveles en que anteriormente se hallaba provocó una demanda de títulos casi igual en volumen a la oferta de que fueron objeto la semana pasada.
Hay que añadir que Telefónica contribuyó a la alegría general con una fuerte subida, que responde sin duda al alto volumen de contratación que registiró el viernes pasado, y que llegó a superar en la Bolsa de Madrid al del conjunto de los bancos comerciales.
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