Los problemas financieros dificultarán el cambio impulsado por los ayuntamientos, según Pujol

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, inauguró ayer la segunda asamblea de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), y en su discurso de apertura atribuyó a las dificultades financieras anunciadas por el Gobierno el inminente frenazo del "cambio profundo" impulsado por los ayuntamientos en los últimos cuatro años.

"Sin recursos financieros no hay autonomía para nadie", añadió Pujol, en un discurso de filosofía idéntica a los pronunciados por el resto de oradores: la defensa del municipalismo como movimiento de base imprescindible para el afianzamiento democrático."Las transformaciones que se hacen desde la cúspide pueden ser cambiadas", afirmó Pujol, "las que se realizan desde abajo, desde los 37 millones de españoles, no hay manera de pararlas. La autonomía de los municipios y de las comunidades autónomas debe permitir hacer cosas, cuando se ha comprobado la insuficiencia de los grandes planteamientos y el Boletín Oficial del Estado ha dejado de decir lo que había que hacer".

Los escasos aplausos de la sesión fueron dedicados al secretario general del Consejo de Municipios de Europa, Thomas Philippovich, cuando expresó la necesidad de que Turquía abandone el Consejo de Europa si el régimen militar no acepta la democracia.

Unos 800 representantes de los más de 3.000 municipios adheridos a la FEMP participan en esta segunda asamblea, que clausurará hoy en el palacio de Congresos de MontJuïc el ministro de Administración Territorial. El canto unánime a la autonomía municipal hecho en los discursos se complementó con las intensas negociaciones entre representantes de la FEMP y de la Federación de Municipios de Cataluña para evitar un posible cisma en el movimiento municipalista.

Los municipios catalanes pertenecientes a esta organización (de inspiración socialista y comunista), apoyados por los valencianos, presentaron una propuesta de resolución para la modificación de los estatutos que permitiera la reconversión de la federación en una confederación de federaciones.

Acuerdo de compromiso

La federación catalana amenazó con recomendar a sus adheridos el abandono de la FEMP si no se aceptaba su propuesta. Finalmente, las dos partes llegaron a un acuerdo de compromiso. En él se acepta el mandato para impulsar la creación, en el plazo de dos años, de federaciones en todas las comunidades autónomas (actualmente sólo existen en Cataluña, Valencia, Navarra, y están en fase de creación las de Castilla-La Mancha y Andalucía). El acuerdo recoge, como novedad, que esas federaciones deberán estar representadas en los órganos directivos de la FEMP. En el acto de apertura intervino también Pasqual Maragall, alcalde de Barcelona, quien afirmó que esta ciudad, "es y quiere seguir siendo la capital del municipalismo. No queremos ser tutelados por ninguna administración". Maragall fue elegido posteriormente presidente de la asamblea.El hasta ahora presidente del comité ejecutivo de la FEMP, el socialista Pedro Aparicio, alcalde de Málaga, resaltó la exigencia de que los ayuntamientos sean los gestores de todos los servicios que recibe el ciudadano, aunque reconoció que el modelo europeo de descentralización no es alcanzable en España a corto plazo.