Un coste astronómico
Situada en una órbita entre los 300 y los 450 kilómetros de altura sobre la superficie terrestre, la estación orbital estará constituida, según el proyecto presentado el pasado mes de junio por la NASA, por módulos cilíndricos ensamblados como un gigantesco mecano.Cada uno de estos módulos, que no son exactamente iguales, tendrá una función diferente: alojamiento, laboratorio, minifábricas para producir fármacos, semiconductores o aleaciones, talleres y reparación de satélites, etcétera. También se podría acoplar una plataforma para lanzar vehículos no tripulados hacia el espacio exterior.
La energía necesaria para el funcionamiento de la estación provendría de paneles solares, y el transbordador espacial aseguraría las comunicaciones con la Tierra, para el cambio de tripulaciones y el aprovisionamiento.
Al principio, la estación espacial cial estaría tripulada por 12 o 15 astronautas y científicos, que podrían vivir en ella en un ambiente normal, aunque en atmósfera de ingravidez; pero cuando se desarrollase plenamente a llegar a albergar varios centenares de personas. El transporte de sus elementos y de quienes la montaran y mantuvieran correría también a cargo del transbordador espacial.
La NASA calcula que necesitaría de 7.000 a 9.000 millones de dólares para realizar su sueño, lo que significa bastante más de un billón de pesetas. Pero otros cálculos hablan de 20.000 millones de dólares (3 billones de pesetas), aparte de los 100.000 dólares (15 millones de pesetas) diarios necesarios para su mantenimiento, una vez que la estación espacial estuviera funcionando.
La alternativa sería una plataforma más sencilla, no tripulada de forma permanente, que también estaría comunicada con la Tierra por medio del transbordador.
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