El PNV insiste en rechazar a varios secretarios de ayuntamientos vascos

Ocho de los 12 alcaldes de municipios vascos que se negaron a dar posesión a los funcionarios de los cuerpos nacionales que habían obtenido las respectivas plazas de secretarios municipales, han prestado declaración ante el juez de instrucción, en virtud de las diligencias previas instruidas por el ministerio fiscal a instancias de los gobernadores de Vizcaya y Guipúzcoa.

Xabier Arzallus y otros dirigentes del Partido Nacionalista Vasco (PNV) confirmaron ayer, en conferencia informativa celebrada en Bilbao, la voluntad de su partido de mantener su postura contraria a tales nombramientos, pero negaron que tal actitud pueda interpretarse como desacato al Tribunal Constitucional, tal como sostiene el delegado del Gobierno en el País Vasco, Ramón Jáuregui.Según este último, la sentencia del Tribunal Constitucional del pasado 7 de abril, en respuesta a un recurso presentado dos años antes por el Gobierno vasco, deja meridianamente claro que el principio de la igualdad de oportunidades de todos los administrados y, en consecuencia, la existencia de criterios objetivos de valoración de méritos deben garantizarse mediante el sistema de concurso de carácter nacional.

El PNV, por su parte, considera que dicha sentencia debe interpretarse únicamente en relación al conflicto de competencias entre el Gobierno central y el Gobierno autónomo, pero no en relación al principio más general de la autonomía municipal, reconocido en el artículo 137 de la Constitución.

El Boletín Oficial del 12 de julio pasado, insertaba la orden ministerial por la que eran designados los secretarios de 24 municipios vascos. El problema se ha planteado de hecho en la mitad de ellos, ya que en otros se han buscado soluciones provisionales amistosas, como la de ofrecer a los interesados la posibilidad de suscribir un contrato administrativo con vigencia hasta que se resuelva el conflicto político de fondo.

Dicho conflicto político se ha planteado, según Arzallus, por la precipitación con que el Gobierno central ha actuado, recurriendo a la vía extrema de la denuncia ante los tribunales en lugar de esperar a la aprobación de la ley de bases de Régimen Local y en la que se admite una filosofía similar a la defendida por el PNV.

Según Jáuregui, sin embargo, el principio de legalidad exige, especialmente cuando hay de por medio una sentencia del Tribunal Constitucional, que la ley se aplique sin excepciones discriminatorias. La defensa de unos derechos individuales conculcados (los de las personas que han obtenido regularmente su plaza), exige que la Administración, como tuteladora de tales derechos, intervenga alertando a los tribunales. Por lo demás, los ayuntamientos podían haber recurrido en su momento, por vía contencioso-administrativa, contra el concurso. Lo que, en opinión del delegado, resulta "inadmisible en un Estado de derecho el que alguien pueda negarse de hecho a aplicar la ley mediante el sencillo expediente de decir que tal ley no le gusta".

Dispuestos a ir a la cárcel

José Luis Irisarri, coordinador de política municipal del PNV; afirmó hace meses que su partido se negaría a aceptar los nombramientos "porque ello iría, contra nuestros principios sobre la autonomía municipal". El mismo Irrisarri declaró el pasado martes: "aún en el supuesto límite de que los alcaldes vayan a la cárcel, el PNV mantendrá su postura". El fondo último de tal postura tiene que ver probablemente con el problema de la lengua. En algunos de los municipios afectados los plenos se celebran sistemáticamente en lengua vasca, y de ahí el temor de que, si el nombramiento no tiene en cuenta el factor lingüístico, la presencia de un secretario que desconozca dicho idioma puede obligar a toda la corporación a renunciar a su derecho a expresarse en euskera.Los funcionarios perjudicados por la decisión de los alcaldes aseguran, sin embargo, que ese tema no ha sido suscitado cuando se ha producido la negativa a darles posesión, y que, por otra parte, coincide que todos los nombrados son vascos, que conocen o están aprendiendo el euskera (o en todo caso dispuestos a aprenderlo si se les exigiera).