Ganaron los del Sur

Como todavía no se ha comercializado el don de la ubicuidad, la noche empezó con un dilema: ¿el Fary o Kiko? Ganaron Kiko Veneno y Sevilla, mientras que ese otro trozo de España que se divierte que con el ji,ji ji, que con el ja,ja, ja" se nos quedó clavado en el alma al no poder verlo. Salió Kiko al arbero del Rock-Ola con chaquetilla de tentadero que parecía un recortable. Con hechuras de Jorge Sepúlveda, de tieso que andaba, daba el susto de quebrarse a la menor inclinación al respetable. Le acompañaban una señora de peineta en plan teja y gafas oscuras y unos cuantos amigos de ésos que se apuntan a cualquier feria. Perdido entre toda la troupe, el ex veneno Raimundo se entretenía con falsetas de bulería empuñando la sonanta eléctrica a la manera de Pecha rota.Empezaron sus canciones, y en los intermedios daba la impresión de que fueran a sacar la mesa de cocina a la calle, con unas tapas de queso y unos finos para entonarse. Pasé el tiempo, y con él, las 10 primeras canciones. Y, sin otra ayuda que ellos mismos, los sevillanos acabaron animándose. Hicieron temas de Veneno y las cosas de Kiko en solitario. Las tres últimas canciones fueron de gloria. Especialmente una versión en blues sureño de la Canción antinacionalista zamorana.

Kiko y su música en directo son todo. un espectáculo. Van del estrepitoso absurdo a la genialidad absoluta, pasando por la sal gorda de la astracanada popular. Kiko y Veneno tienen en su enloquecido historial el haber grabado el disco más renovador que ha dado la industria española en los últimos años. Unas horas antes del concierto, Kiko comentaba por la radio el carácter nuevo de Veneno: "...de nuevo, nada. Ahí había una cosa muy vieja, que era la poca vergüenza". Poca verguenza, poco trabajo, pero también mucho arte cuando salta la chispa de la inspiración. Misterios del mundo taurino y de las gentes del Sur.

En la sala Alcalá 20, Pulgar y sus Punkies Asociados no tuvieron su noche. Hicieron rock del género que explotó Tequila en su día. Pero que hoy, aparte de amenizar unas fiestas de pueblo, no da para más. Le faltaron a Pulgar buenas canciones, un envoltorio musical más convincente y las benditas ganas de hacer cosas nuevas.