Dos procesados por el asalto al cuartel de Berga cambian de abogado defensor
Jose María Iza Unamuno e Ingen Gorritxo Martikorena, dos de los procesados por el asalto al cuartel de Berga (Barcelona) han renunciado a los servicios del abogado navarro Fermín Arraiza, que ostentaba hasta ahora su, defensa, y el primero de ellos, Iza Unamuno, ha solicitado al letrado Mateu Seguí, defensor de otro de los encausados, que ostente su representación ante los tribunales.En una nota manuscrita, ambos procesados desmienten supuestas diferencias de criterio con el letrado Arraiza y confirman que fueron ellos mismos los que renunciaron a su defensa. "Nuestra renuncia", dice dicha nota, "no se debe a ningún tipo de diferencias con Fermín, sino a que nuestra forma de afrontar el consejo de guerra exigía nuestra renuncia a él".
Fermín Arraiza no compareció el día del consejo de guerra, el pasado 26 de septiembre, y envió un telegrama explícando que renunciaba a la defensa por indicación de sus clientes.
En el texto de la mencionada nota, se da a entender claramente que la actitud de los dos procesados obedeció a una táctica deliberada para demorar el procedimiento jurídico-militar que, debido a este cambio de abogados, se retrasa un mes. Esta impresión fue confirmada por los familiares de los dos procesados que los visitaron el pasado sábado en la prisión de Lérida.
En otro párrafo de la citada nota, Iza y Gorritxo insisten en sus buenas relaciones con el ahogado Fermín Arraiza, al que califican de "buen profesional de la abogacía y un buen amigo".
La composición del tribunal para la nueva vista del caso Berga será la misma, aunque, según uno de los defensores, Josep María Loperena, el tribunal no llegó a constituirse de forma válida, ya que dos de los abogados se hallaban ausentes, no se hizo en presencia de los procesados y no se efectuó a puerta cerrada.
El frustrado asalto al cuartel de Berga se produjo en la madrugada del domingo 16 de marzo de 1980. La acción del presunto comando de ETApm cuyo objetivo parecía ser el robo de armas, fue frustrada por un centinela que prestaba ser vicio en el mencionado cuartel del Batallón de Cazadores de Monta ña Cataluña IV. Aquella misma tarde se produjeron las primeras detenciones.
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