Guerra de catecismos

Desearía aprovechar la polémica suscitada por la llamada guerra de los catecismos para llamar la atención sobre un hecho que todo el mundo parece haber olvidado.Se discute sobre si determinado catecismo será o no libro de texto, sin que nadie haya puesto en duda que podrá seguir en circulación, al menos como libro a secas. Mientras, una obra que expresa opiniones alternativas sobre diversos temas sigue prohibida, pues nadie ha revocado la decisión que en su día tomó el Ministerio de Cultura. Me refiero al Libro rojo del cole. Creo que esta situación representa un agravio comparativo impropio de una sociedad democrática y pluralista.

No pongo en duda que los obispos son autoridad en lo que concierne a la doctrina de la Iglesia, pero pido que las otras opiniones, las que siempre han sido silenciadas, se puedan oír también. Quizá cuando estemos acostumbrados a oírnos aprenderemos a respetarnos. /