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La reducción de 1,5 puntos en la cotización a la Seguridad Social beneficiará únicamente a las empresas

La reducción de 1,5 puntos en la cotización a la Seguridad Social sólo beneficiará a las empresas. A pesar de esta reducción los ingresos por cotización se verán aumentados a 2.427.1168 millones frente a los 2.212.214 millones de pesetas correspondientes a 1983, según puso ayer de manifiesto el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Joaquín Almunia, al presentar los presupuestos de la Seguridad Social para 1984. Este aumento en la recaudación se debe, fundamentalmente, al incremento de la población cotizante y de la modificación de bases y tipos. La cotización de los trabajadores no será retocada, y la modificación de los topes máximos afectará a los empleados con mayores ingresos y, consecuentemente, a aquellas empresas que tienen plantillas con niveles salarios altos. El presupuesto equilibrado para 1984 asciende a 3,1 billones de pesetas.

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La reducción de 1,5 puntos en los tipos de cotización a la Seguridad Social sólo afectará a las empresas. Para Joaquín Almunia, el que la reducción no se haya aplicado a la cuota de los trabajadores tiene su explicación en que, por un lado, la cotización empresarial sigue siendo de las más altas de Europa, y, por otro lado, actuar sobre la cotización de los trabajadores tiene un efecto real sobre el poder adquisitivo prácticamente nulo.El conjunto de las cotizaciones de las empresas, considerando las de Seguridad Social, desempleo, Fondo de Garantía Salarial y formación profesional, descenderá en 0,37 puntos. La cuota de desempleo aumentará sobre el porcentaje actual 0,5 puntos, distribuido en 0,4 para las empresas, y 0,1 para los trabajadores.

La nueva subida de topes máximos de cotización, mayor que los mínimos, afectará sobre todo a las empresas con plantilla mejor retribuida y de gran tamaño. La exención de cotización a partir de elevados ingresos salariales representa menores costos para las empresas y, por tanto, mayores beneficios, con lo cual, paradójicamente, el peso de las cotizaciones perjudicaba, sobre todo, a las empresas medianas y pequeñas y a las de menores niveles salariales.

Repartir la carga

En palabras de Almunia se trata de "repartir la carga contributiva por igual entre empresas con distintos niveles salariales, de modo que la proporción entre cotización y salario real tienda a igualarse".En el presupuesto de la Seguridad Social para 1984 tienen especial significación las medidas previstas en los regímenes especiales de Autónomos, representantes de Comercio y Escritores de Libros. Hasta ahora, el tipo de cotización en estos regímenes para todas las contingencias -pensión, asistencia sanitaria e incapacidad laboral transitoria- era el 38,5; para pensión y asistencia sanitaria, el 36,15, y sólo para pensión, el 18,50. El presupuesto actual establece un tipo único, igual al del régimen general, el 29,1. Esta modificación supone una cotización mensual única de 11.506 pesetas.

Los autónomos que sólo cotizaban por pensión (el 58,25%) verán incrementadas sus cotizaciones mensuales en 5.216 pesetas, mientras que los que cotizaban por todas las contingencias (pensión, asistencia sanitaria e incapacidad laboral transitoria) verán reducidas las suyas en 1.532 pesetas mensuales, y en 784 pesetas los que cotizaban por las contingencias de pensión y asistencia sanitaria.

En cuanto al resto de los regímenes especiales -agrario, empleadas de hogar, toreros y futbolistas- se elevan los tipos que han permanecido inalterados en los últimos años, de modo que se vayan aproximando al del Régimen General. Con ello se trata de ir atenuando sus actuales déficit.

Los fondos destinados a pensiones se han visto aumentados hasta 1.813.699 millones de pesetas, frente a 1.545.419 millones en 1983. Esta variación se justifica por una revalorización media de las pensiones del 9% que se sitúa un punto por encima del IPC previsto. La pensión media global teórica para el conjunto del sistema asciende a 25.230 pesetas mensuales. Y por clase de pensión, el valor medio es de 27.970 pesetas para las de invalidez; de 28.342 para las de jubilación; de 17.426 pesetas para las de viudedad; de 16.291 pesetas para las orfandad, y de 20.503 pesetas para las favor familiar.

Control en la gestión

Los créditos correspondientes a incapacidad laboral transitoria (ILT) e invalidez profesional experimentan un aumento de 8.058 millones de pesetas. No obstante, esta variación significa en realidad una disminución de la dotación en términos reales, al ser sensiblemente inferior al crecimiento esperado del IPC. En este campo se pretende conseguir una reducción de gastos de 23.606 millones de pesetas en ILT, y de 7.461 millones de pesetas en invalidez profesional, mediante el establecimiento de un riguroso control en la gestión.Los objetivos perseguidos con los presupuestos para 1984, según explicó ayer el propio Joaquín Almunia, son los de combinar la acción protectora de la Seguridad Social con una política que favorezca la creación de puestos de trabajo. En esta línea se encuadra la reducción de los tipos de cotización que supone un menor coste salarial para las empresas. La reducción es posible en 1984 por la mayor aportación del Estado que pasa de 484.048 millones de pesetas a 625.600 millones de pesetas.

Al mismo tiempo se persigue un perfeccionamiento de la acción protectora de la Seguridad Social, extendiendo las prestaciones sanitarias a los hijos de titulares de derecho que sean mayores de 25 años, estén en paro y carezcan de ingresos. Por otra parte, se suprimirá el requisito de 55 años de edad para percibir el incremento del 20%, de la pensión por incapacidad laboral transitoria.

En cuanto a medidas para la racionalización y mejora del sistema, se eliminará la discriminación por razón de sexo de las prestaciones derivadas de muerte y supervivencia y de protección a la familia. Especial importancia dio el ministro al necesario control sobre las pensiones por invalidez permanente.

Las pensiones de jubilación serán incompatibles con la prestación de servicios en las distintas Administraciones públicas. Y todas estas actuaciones serán complementadas con otras que incidirán sobre gestión y la asistencia sanitaria: control en la prescripción farmacéutica, mayor utilización de centros hospitalarios propios, informatización, etcétera.

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