Amín Gemayel pide al Gobierno que continúe hasta ver la evolución en Líbano
Beirut vivió ayer la primera jornada de paz después de tres semanas de intensos combates, que costaron la vida a Unas 900 personas y generaron unos 150.000 refugiados. El Gobierno de Chafic Wazzan presentó su dimisión al presidente Amín Gemayel para favorecer la formación de un Gabinete de unión nacional. Gemayel se concedió un lapso de tiempo para estudiar la oferta de Wazzan y le pidió que permaneciera al frente del Gabiente "hasta que esté clara la evolución de los acontecimiento".
La normalidad era total en las calles de Beirut, donde volvieron a reproducirse los habituales embotellamientos de tráfico en las principales arterias que unen los dos sectores de la capital. La observación del alto el fuego era rigurosa. El cese de las hostilidades había entrado en vigor a las cinco de la madrugada (hora española). Esta tregua se presenta como el primer paso hacia la reconciliación de las facciones rivales. Para hoy mismo es probable que se constituya el comité político que agrupará a las personalidades que deben participar en el congreso de reconciliación nacional, congreso cuya fecha y lugar de celebración aún no han sido fijados. Según el acuerdo de cese de las hostilidades, este comité estará constituido por dirigentes del Frente de Salvación Nacional (Walid Jumblat, Rachid Karame y Soleiman Frangie), del Frente Libanés (Camille Chamoun y Pierre Gemayel) y por el líder de Amal, Nabih Berri. También formará parte de él el presidente Gemayel y otras tres personalidades independientes. El comité incluye a la práctica totalidad de la jerarquía política libanesa y la edad media de sus 10 miembros es de 63 años.
Jumblat, jefe de las milicias drusas, ha manifestado en Damasco que la tregua será frágil si el Gobierno no está dispuesto a realizar conce3iones políticas que lleven a lo que él Rama un Líbano democrático. Jumblat desea la abrogación del pacto nacional de 1943 por el que se reparten en cuotas fijas entre las nueve sectas religiosas los altos cargos del Estado y los escaños del Parlamento. Los musulmanes se consideran infrarrepresentados y los izquierdistas exigen una secularización del Estado. Los cristianos ultraderechistas se oponen a cambios radicales aunque reconocen que habrán de realizarse algunos ajustes.
Se espera la inmediata formación del comité de seguridad encargado de supervisar el alto el fuego, grupo constituido por oficiales del Ejército libanés y representantes del Frente de Salvación Nacional (oposición), de las Fuerzas Libanesas (milicias cristianas unificadas) y del movimiento chiita Amal.
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