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Reportaje:

"Después de Sagunto, nosotros"

Manuel Rivas

Conscientes de la inevitabilidad de la reconversión, sindicatos y trabajadores levantan la bandera de la incertidumbre y piden que se hable el lenguaje humano de las alternativas. "Después de Sagunto, nosotros", dice, fatalista, un trabajador de Vulcano, a golpe de chapa. "De aquí no sale nadie sin que se plantee previamente un plan de salvación para la comarca", afirma rotundo un joven sindicalista de Astano, en El Ferrol. En todo caso, no parece que la Administración vaya a aplicar para la reconversión métodos traumáticos que provoquen la convulsión social en los dos principales núcleos industriales de Galicia.Se llama Andrés Fernández. Tiene 35 años. Dos hijos. Vive en Fene y de los vecinos de su bloque de viviendas, todos trabajan en Astano menos tres: un marinero jubilado, un quiosquero y un practicante. Juega al fútbol-sala en uno de los equipos de la empresa. Trabaja de siete de la mañana a dos de la tarde, tiene un cuatro latas, gana poco más de 70.000 y los domingos, cuando hace buen tiempo, pasea con la familia por la playa de Valdoviño o se van a Cedeira a pinchar unos chipirones. Su padre, también trabajador de astillero, retirado, cultiva un huerto, yendo hacia Narón, y otro de sus hermanos, más pequeño, trabaja en una contrata de Bazán. Estudió primaria y bachillerato elemental. Estuvo tentado de hacer el superior por nocturno y luego apuntar se a Económicas en Santiago, pero el tiempo y las últimas vicisitudes laborales no le animaron. Varios de sus compañeros culminaron brillantemente ese reto y en los medios sindicales son llamados, con cierto cariño, la, "escuela de economistas de Astano", aunque muchos sigan haciendo callo en las manos.

Este retrato-robot, uno de los posibles entre el personal de Astano, se va trazando con sugerencias de miembros del propio comité de empresa. Este trabajador medio, pregunta el periodista, ¿se interesa por la literatura? Hay un momento de silencio y Juan Filgueira, que a los 30 años lleva la mitad de su vida trabajando en Astano, apunta socarrón: "Debería estar leyendo el Libro Blanco". El voluminoso estudio que contiene las líneas maestras de la reconversión industrial en España, cuyo primer-episodio más polémico fue Sagunto, ocupa ciertamente todas las carpetas de los sindicalistas ferrolanos y de sus compañeros vigueses. En el apartado de la construcción naval hay un párrafo subrayado con especial énfasis: "La disminución de la producción traerá como consecuencia un mayor excedente en el empleo, con la posibilidad de cierre de alguna factoría". La amenaza de apocalipsis podría generar el pánico en una comarca que en gran medida vive con la savia de Astano, y en la que el paro galopa con índices sin precedentes. Pero El Ferrol, cuna del movimiento obrero gallego, sostiene la crispación con madurez y traduce la incertidumbre en demandas de futuro. Las centrales sindicales formulan unánimemente una cuestión de principio: "No aceptaremos ninguna rescisión de contrato sin empleo alternativo".

La Administración es tajante: sin reducción de plantilIas es inviable la reconversión. Fuentes oficiosas, a la espera de que con el otoño se den a conocer los planes concretos, cifran entre 2.000 y 2.500 los puestos de trabajo afectados en Astano. En las previsiones de 1982 se hablaba de un excedente de empleo de 4.223 personas en los dos grandes astilleros (AESA y Astano), pero Ia desfavorable evolución de la demanda" y otros factores obligarían a planteamientos más drásticos. Para ilustrar la magnitud del reto se cita el balance reconversor de la industria de la construcción naval británica: 700 millones de libras desde 1979 para cobertura de pérdidas más de 24.000 puestos de trabajo perdidos y el cierre de 35 gradas y 10 astilleros.

Los trabajadores piensan de otra manera: "Nosotros ya estamos pagando la crisis; desde 1977, Astano ha perdido más de 1.000 puestos de trabajo, sin contar los 3.500 de las compañías auxiliares". Y añaden: "Aunque nosotros no conocemos la auditoría, Julián Masa ha afirmado que en los grandes astilleros, en el ejercicio de 1982, se perdieron 24.000 millones de pesetas, pero lo que hay que decir es que 15.000 se corresponden a gastos financieros y únicamente 8.000 al excedente; además, en ese mismo ejercicio, se trabajó con plena ocupación de la plantilla y consumiendo muchos cientos de miles de horas extraordinarias. Es hora ya de que se analicen otros aspectos, como, por ejemplo, la malísima gestión de los astilleros" Siempre según la versión del comité, "se han perdido contratos por incapacidad de la dirección, que por cierto, no ha variado a pesar del cambio político, y se han hecho gastos suntuosos en una situación de crisis".

Travesía y naufragio

Ese gigante naval que hoy se tambalea era en 1941 un pequeño astillero donde se armaban botes o, todo lo más, pesqueros de 30 metros de eslora. El boom de Astano fue de los que hacen época. En 1944 se transforma en sociedad anónima, comienza a ser un contrapunto de la tradicional Bazán y en 1963 tiene un capital de 1.000 millones de pesetas. El cierre del canal de Suez, con la construcción de mastodónticos petroleros, marca la cima de El dorado, pero también obliga a una fuga hacia adelante que bordea la catástrofe. Interviene el INI, aligerándose el Grupo Pastor de tan pesada carga, y desde entonces las palabras crisis y reestructuración se van adueñando del léxico de informes.

El desplome de las compañías auxiliares, con un largo conflicto en el que se denunciaron formas de mercado negro, marcó el punto de inflexión. Era el naufragio y los trabajadores pidieron algo más que parches para atajar las vías de agua. El 15 de abril de 1980 hay una huelga general en El Ferrol y más de 20.000 personas se concentran en el estadio Manuel Rivera. Desde entonces, sale a la calle el lema: "Salvar El Ferrol".

Ahora, todos apuestan por un otoño caliente. "La situación", dicen en CC OO, "se ha ido agravando por el incumplimiento de los acuerdos navales anteriores; al final, la fórmula cabalística parece ser siempre la misma: reducción de plantillas. Nadie se acuerda de, la reindustrialización". Son esta central, mayoritaria en Astano, y la nacionalista INTG, las que se oponen con más firmeza a unos planes que supongan pérdida de empleo. Según UGT, "sólo el Gobierno socialista puede sacar al sector naval del atolladero en que se encuentra, aunque para nosotros una cuestión prioritaria es que no puede haber reconversión sin industrialización". En el comité, también está representada USO.

Astano el el centro de atención, pero sin eclipsar otra realidad conflictiva: los cinco astilleros, pequeños y medianos, de la ría de Vigo. Entre Ascón, Vulcano, Barreras, Freire y Santo Domingo suman unos 4.960 trabajadores, con perspectivas distintas en' cada empresa, siendo la más crítica la de Ascón, donde la casi totalidad de la plantilla está sometida a un expediente de regulación, situación en la que también se encuentra el 45% de los trabajadores de Vulcano. En Ascón se ha hablado con insistencia de nacionalización, pedida incluso por la Xunta y el Parlamento gallego. Propiedad de Slinin, esta empresa, que emplea a 1.674 operarios, se encuentra en un aparente callejón sin salida.

La difícil situación. por la que también pasa Vulcano, con más de 700 operarios, parece haber adelantado los planes para una fusión de este. astillero con Barreras, que supondría la constitución de la Constructora Naval de Vigo. Barreras, del INI, está actualmente en fase de reestructuración, desdoblando, en el futuro, astillero y factoría de motores navales, este último proyecto en colaboración con la firma alemana Deutz.

Los dos astilleros pequeños, Freire y Santo Domingo, viven un momento menos incierto, que puede llegar a boyante si se refuerza la especialización en construcción de pesqueros para el extranjero.

Dos comarcas en apuros

Los astilleros de Astano y la ría de Vigo son hoy la punta del iceberg del desmantelamiento y la depauperación que afecta a las dos comarcas más industrializadas de Galicia. En un país que tradicionalmente ha desviado los excedentes humanos por el camino corto y dramático de la emigración, la aparición de datos como los 17.000 parados de El Ferrol o las 21 empresas cerradas en poco tiempo en Vigo son signos de grave preocupación.

El plan estratégico elaborado por la División de Construcción Naval del INI contiene, entre otras medidas, "la creación de una agencia de promoción de empleo para que, en colaboración con las sociedades de reconversión, de las comunidades autónomas y de las sociedades de desarrollo regional y con participación de las centrales sindicales, desarrollan y promueven la creación e implantación de empresas que puedan absorber personal excedente".

Esas medidas terapéuticas, de largo alcance, con aliento de futuro, son las que demandan en El Ferrol y Vigo. Difícil reto, no obstante, contrarrestar el escepticismo ambiental de los que, por experiencia, esperan lo peor.

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