El presidente del Gobierno afirma que no está satisfecho de la actual programación de TVE

El presidente del Gobierno, Felipe González, y el jefe de la oposición, Manuel Fraga, manejaron cifras y datos contradictorios durante los turnos de réplica y contrarréplica protagonizados al final de la sesión de ayer por ambos contendientes, lo que convirtió esta parte del debate parlamentario en un continuo desmentirse y matizarse. No obstante, Felipe González realizó tres declaraciones de suma importancia: que ya se han dictado por parte del fiscal varios autos de procesamiento contra los presuntos autores de las recientes quemas de la bandera española, que no está en absoluto satisfecho con la actual programación de TVE y que, si se confirma que Nicaragua pudiera ayudar y entrenar a miembros de ETA, España no lo consentiría y ofrecería una respuesta adecuada.

Felipe González citó las cifras de parados que ha habido de diciembre a junio y constató que la tasa de desempleo había experimentado un leve descenso. Fraga, por el contrario, reiteró que sus datos eran correctos y que éstos señalaban que el paro había aumentado durante esos mismos meses. Otro tanto ocurrió con el descenso de la inflación y los índices medios de los países de la OCDE. Para González, España terminará 1983 con una tasa de inflación del 12%, que está por debajo de lo inicialmente previsto por la OCDE. Para Fraga, la inflación sube, y además está muy por encima de los cálculos iniciales de la OCDE.No fue sólo en cuestión de cifras en lo que no lograron ponerse de acuerdo el presidente del Gobierno y el jefe de la oposición: también en las penas impuestas según el Código Penal elaborado por el nuevo Gobierno a los causantes de delitos alimentarios (el presidente sostuvo que se han aumentado y Fraga, lo contrarió) y en la presencia o no de Fraga en el Gobierno en 1975.

Quizás en lo único que coincidieron, si bien con un tono y énfasis distintos, fue en la apreciación de que la actual Radiotelevisión Española es mala. Fraga la calificó de aburridísima, tendenciosa y sectaria, y Felipe González inició la réplica contraatacando: "Ustedes defienden mucho la televisión privada y atacan la pública", dijo el presidente, "pero, ¿no resulta curioso que no hayan tenido tiempo en implantar la televisión privada hasta ahora? En tantísimos años como lleva funcionando la televisión en nuestro país parece que ahora tenga que solucionarse en apenas 10 meses que llevamos los socialistas en el Gobierno", lo que llevó a concluir a Felipe González en otra nueva pregunta: "¿Es éste nuestro modelo de televisión?". "Yo no estoy a favor de la televisión privada", prosiguió el presidente, "pero nunca he dicho que esté en contra, mientras que el señor Fraga sí lo ha hecho y ahí guardo recortes que pueden demostrarlo".

No obstante, Felipe González fue rotundo con respecto a la gestión del equipo de dirección de Televisión Española nombrado desde que los socialistas ganaron las elecciones: "No estoy satisfecho con la Televisión", dijo entre los aplusos regocijados de los diputados de la oposición. «No se asombren, es bastante razonable lo, que digo", replicó el presidente.

Fraga, en contra

Fraga negaría poco después que hubiera hecho declaraciones en contra de la televisión privada, a lo que el presidente del Gobierno replicó citando textualmente unas declaraciones realizadas por Fraga y recogidas en un libro publicado en Barcelona en 1975, titulado Retrato en tres tiempos. Según esta referencia, Fraga dijo: "Yo creo que en Europa los canales privados no son viables". Después, Fraga volvería a matizar que él la única objeción que había hecho a las cadenas privadas es que necesitan un cierto control público en algunos aspectos tales como la regulación de la publicidad y otros de corte similar.

El presidente González respondió a dos aspectos muy concretos citados por Fraga a propósito de la seguridad ciudadana, uno cuando ésté le pidió al Gobierno que procesara a los autores de la quema de. banderas y otro cuando solicitó la ilegalización de Herri Batasuna. A la primera de estas cuestiones, Felipe González le contestó que el Gobierno no podía a procesar a nadie porque estas tareas son, lógicamente, competencias del poder judicial, "pero el Gobierno ha hecho lo que podía hacer, que es instar a los fiscales para que actuasen, y ya se han producido varios autos de procesamiento. Respecto a la ilegalización de Herri Batasuna, Felipe González, dijo que para tomar este tipo de decisiones había que medir con enorme precisión si los efectos políticos. iban a ser beneficiosos o perjudiciales, y que su Gobierno pensaba que probablemente recluír a la clandestinidad a la citada organización política vasca le sería beneficioso a ésta y perjudicial para el conjunto de la política nacional.

Finalmente, refiriéndose a la política exterior, Felipe González dijo que si se confirmaban las informaciones que apuntan que etarras españoles reciben protección y entrenamiento en Nicaragua, el Gobierno español actuaría en consecuencia, "porque no estamos dispuestos", señaló a consentirlo".