La reunión de obispos europeos en Yugoslavia es la primera en un país del Este
El pasado domingo comenzó en Zagreb (Yugoslavia) la asamblea plenaria del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE). Es la primera vez que este organismo, creado hace 12 años, celebra su reunión anual en un país del este europeo.
El CCEE, fundado en 1971, representa a unos 900 obispos integrados en las conferencias episcopales de todos los países europeos, incluidos los desaparecidos Letonia y Lituania, y con la única excepción de Albania.Esta vez se ha escogido como sede "al más liberal de los Estados socialistas", como declaró en Zagreb Basil Hume, arzobispo de Westminster (Inglaterra) y presidente del CCEE.
Unidad por encima de barreras ideológicas
Los asistentes señalaron también en distintas declaraciones la importancia de "la unidad de los cristianos por encima de las barreras ideológicas y políticas, lo que hace de este lugar de encuentro un auténtico símbolo".
El Gobierno yugoslavo, aunque mantiene relaciones diplomáticas con la Santa Sede, no reconoce el estatuto particular de la Iglesia católica en este país, ni el de ninguna otra confesión religiosa, y ha suprimido desde hace años todo tipo de festividad religiosa como tal, incluidas las navideñas. Sin embargo, y en contraste con otros países del Este, los herederos ideológicos del general Tito toleran sin problemas las actividades privadas de las distintas confesiones y no han realizado ningún tipo de persecución o acto de intolerancia con los fieles.
La distensión con la Iglesia católica se ha extendido este año a países como Hungría, donde las autoridades se muestran cada vez mas tolerantes con religiosos y practicantes, mientras que las relaciones continúan tensas en otros estados del área como el búlgaro y el checoslovaco.
Esta asamblea plenaria del CCEE, que se reúne todos los años en Roma, tiene tres puntos principales en su orden del día: la evangelización del continente europeo; la preparación de un tercer encuentro ecuménico en 1984, tras los celebrados en 1978 y 1981, y la realización de una reflexión sobre la paz y el desarme en la realidad actual.
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