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Los españoles se alojan en locales sin servicios

Andreu Missé

La mayoría de las collas de vendimiadores españoles están integradas por familias completas. Aunque la Ley francesa prohíbe el trabajo a menores de 16 años, lo cierto, es que son muchos los niños españoles que trabajan en la vendimia francesa, desempeñando la misma actividad que los adultos. En algunos casos, el trabajo de los niños es mucho más rentable que el de los mayores. En la finca de Reveillón, Santia go Pérez Vargas, de Pozoalcón (Jaén), su mujer y su hijo, habitan una vivienda abandonada. Pasarán 30 días sin duchas ni servicios. La mayoría de vendimiadores viven en condiciones infrahumanas.

Para este año los salarios oscilan entre los 21,89 y los 22,11 francos por hora trabajada. Como las jornadas son de ocho horas, resulta que el salario diario se eleva a algo más de 175 francos. Hechas las deducciones y teniendo en cuenta el actual nivel del cambio, el salario del vendimiador no llega a las 3.000 pesetas diarias. En los contratos se asegura un mínimo de 17 a 18 días de trabajo y en la práctica una vendimia normal acostumbra a durar alrededor de 20 dias. Es decir, el ahorro que consigue normalmente un vendimiador se situará entre las 50.000 y las 60.000 pesetas y no en las 100.000 como estiman los portavoces del Instituto Español de Emigración.

Lo que ocurre es que un 15% de los temporeros españoles no trabajan a jornal sino a destajo o por cuenta. El trabajo es muchísimo más duro. La colla de cinco hombres que encabeza el cordobés Francisco Díaz, de Fuentecarretero, trabajó el año pasado a 126,5 francos la tonelada. El grupo conseguía cortar entre 12 y 13 toneladas de uva al día con lo que conseguían jornales de más de 5.000 pesetas diarias limpias. En estos casos si se trabajan 20 días si que se consiguen las 100.000 pesetas.

Otros vendimiadores consiguen aumentar sus ingresos encontrando otra viña más hacia el norte, en zonas más montañosas, en que la cosecha va más retrasada. Este es el caso de Chencho, el aguacil de Tomelloso que cuando acaba la vendimia de su patrón de Narbonne, se va con sus cinco hijos hasta Carcassone en busca de una segunda campaña. Chencho calcula que si consiguen trabajar 34 días podrán llevarse a casa 600.000 pesetas entre toda la familia.

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