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La utilización de 'terroristas arrepentidos' contra el IRA provoca una fuerte polémica en el Ulster

Soledad Gallego-Díaz

La utilización de terroristas arrepentidos o super grass contra el IRA (Ejército Republicano Irlandés) está provocando una fuerte polémica en medios jurídicos, religiosos y políticos de Irlanda de Norte. Hasta el momento, la política de arrepentidos ha permitido detener a más de 300 personas, acusadas de pertenecer a la organización y de cometer delitos sangrientos, y ha logrado resultados positivos en cuanto a la reducción del índice de violencia.

No obstante, muchos analistas estiman que el futuro de esta política tiene los días contados porque la reacción popular va a terminar influyendo tanto en los partidos políticos que se mantienen actualmente en un discreto silencio, como en los propios jueces que admiten, hoy por hoy, la simple evidencia de la declaración de un super grass para enviar a prisión a un presunto terrorista.Fomentar la existencia de arrepentidos para luchar contra el terrorismo o contra el crimen organizado es un invento antiguo. El FBI norteamericano los utilizó masivamente en sus investigaciones contra la mafia y, más recientemente, el Gobierno italiano ha logrado éxitos decisivos contra las Brigadas Rojas. Las autoridades británicas han seguido la misma vía, aunque rodeándola de una discreción mucho mayor. Londres ha intentado siempre, de forma inteligente, reducir el problema de IRA a Irlanda del Norte, sin neurotizar a los ingleses, galeses o escoceses.

Dentro de esta línea, intenta ahora reducir la polémica sobre los informadores arrepentidos al ámbito irlandés. El Gobierno británico se mantiene aparentemente al margen, y se niega a comentar siquiera el asunto, como si no tuviera nada que ver con él o con el pueblo inglés. Sólo el ministro encargado de Irlanda del Norte, James Prior, aceptó hacer unas declaraciones para asegurar que la política de terroristas arrepentidos era una iniciativa de un organismo de Irlanda del Norte, el Royal Ulster Constabulary (RUC), y acentuar sus buenos resultados.

Resultados espectaculares

En Irlanda del Norte, sin embargo, la polémica crece día a día. Aunque los super grass existen desde hace tiempo, los primeros resultados auténticamente espectaculares se lograron -hecho político interesante- no contra el IRA, sino contra el movimiento terrorista protestante Ulster Volunteer Force. Catorce de sus miembros fueron a parar el pasado invierno a prisión gracias a las evidencias proporcionadas por uno de sus antiguos compañeros. El partido político que representa al IRA, Sinn Fein, tuvo buen cuidado de no protestar, mientras que el fanático protestante reverendo Ian Paisley ponía el grito en el cielo.Poco después, las armas se volvieron contra el IRA. En pocos meses, el testimonio de tres de sus miembros ha permitido la detención de varias decenas de presuntos militares del ejército Republicano Irlandés. El golpe ha sido muy duro, no sólo por las detenciones en sí, sino por el efecto que las traiciones tienen sobre la moral de un movimiento que ha estado siempre rodeado de una cierta leyenda y romanticismo para los irlandeses. Más aun, la imagen que ofrecía el militante del IRA -la de Bobby Sand, el joven que se dejó morir de hambre en una cárcel soportando atroces sufrimientos ha dejado paso a la de un militante que en circunstancias especiales proporciona información a la policía a cambio de inmunidad, dinero, protección y una identidad falsa.

Críticas de los obispos

Los resultados son, pues, desde el punto de vista del RUC, muy positivos. Las dudas no se plantean en cuanto a la eficacia de este sistema, sino en cuanto a su legalidad jurídica e incluso en cuanto a su moralidad. Los obispos católico y protestante de Londonderry, en un comunicado conjunto, lo han criticado seriamente, no sólo desde el punto de vista moral sino también social. Las delaciones, en una sociedad tan cerrada como la de Irlanda del Norte, crean -afirman- un ambiente irrespirable. Nota a tener en cuenta: el Gobierno británico no ha tenido la ocurrencia de polemizar con los obispos. Nadie en Londres les ha rebatido ni atacado por este juicio, con la beneficiosa consecuencia para el Gobierno británico de que el comunicado ha pasado casi inapercibido, para ingleses, galeses o escoceses.Desde el punto de vista jurídico, varios abogados de Irlanda del Norte han expresado sus dudas respecto a la validez que pueden tener ante un juez las acusaciones de un informador que ha obtenido, a cambio de las mismas, inmunidad para sus propios crímenes, una identidad falsa proporcionada por la propia policía británica -evidentemente de acuerdo con el Ministerio del Interior, en Londres-, protección para él y para su familia y, aunque lo nieguen las autoridades de Irlanda del Norte, sustanciosas sumas de dinero. Las quejas de los abogados no han hecho mella, por ahora, en el ánimo de los jueces, que siguen enviando presuntos terroristas a la cárcel sobre la base exclusiva de estos testimonios, pero la presión sigue aumentando y nadie puede predecir qué sucederá en el futuro.

Los responsables del IRA parecen haber elegido ante este fenómeno una respuesta distinta a la que eligieron las Brigadas Rojas. Al menos hasta ahora, no han asesinado a ningún familiar de los super grass, tal y como ocurrió en Roma con el hermano de Patricio Pecci, aunque mantienen secuestrado desde hace meses al padre de uno de los terroristas arrepentidos.

Su línea parece ser movilizar a la opinión pública católica y a diferentes sectores intelectuales y religiosos para que expresen cada vez más fuertemente su oposición a este sistema. Con esta presión pretenden obligar a pronunciarse en contra al partido de los católicos moderados, el SDLP, que se mantiene en silencio, e introducir un elemento de inquietud en el cuerpo judicial.

El RUC intenta, a su vez, contrarrestar esta campaña, informando detalladamente sobre los beneficios obtenidos -notable disminución de la violencia en los últimos meses- e intentando que en el mayor numero de casos posible las revelaciones de los super grass lleguen al juez apoyadas por otras pruebas o evidencias.

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