Don Manuel y pico
Don Manuel y pico es don Manuel Fraga, a ver, claro, y a uno le parece que, abrasado Fraga en la parrilla de San Lorenzo ("ponedme del otro lado, que de éste ya estoy tostado": el único santo humorista del santoral), lo peligroso, ahora, es el pico. Don Manuel y pico. El pico son los fanáticos/fanáticas antiabortistas que nos van a dar el cogzano, más que por el tema en sí -"tema", señor Roca, ¿conocen?-, porque necesitan una gue rra de religión, algo que les vista de Templarios, un número numerero, argumentar con sangre, partir hacia la Guerra de ios Treinta Años (ya que la guerra electoral la han perdido), y recuperar el Santo Grial o, cuando menos, el Vellocino de Oro, que, como sabemos, y según etimologías y legendalogías, no es sino el pubis femenino, que ellos quieren incontrolado, fecundo, premiado de natalidades (ahora que se suprime ese premio). Don Manuel y pico. Él siempre ha sido pico de sí mismo, hombre picudo, esquinado de intemperancias, pero ahora, ya, importa más el pico que don Manuel. Don Ramón Serrano Súñer, que sí supo evolucionar intelectualmente, acaba de decirlo: "El nacionalismo, para los europeos, es un anacronismo". Perfecto, don Ramón, y que ETA nos perdone (no olvido los libros míos que le debo). Peter Hans ha salido Papa Negro de los jesuitas. Los jesuitas son hoy, también, la Iglesia y pico, o sea, el pico incómodo de la Iglesia, porque se han vuelto líricos, como Teilhard de Chardin, comunistas, como mi querido/vallecano Llanos, o revisionistas como sus últimos teólogos. Don Manuel y pico. La derecha y pico. A veces, el pico de la derecha es un pico de bayoneta. Por eso digo. El embajador yuso Dubinin, con quien suelo discutir de wodkas (es lo que desayuno todas las mañanas, al alba, higos frescos en wodka), ha inaugurado la Semana de Moscú en Madrid, a la sombra de Lenin, que es alargada como la del ciprés, por los muchos muertos que hubo en Rusia. El pico que le sobra hoy a la URSS es un pico de avión ingenuo y derribado, que hasta García Márquez denuncia. Pero el pico más visible de don Manuel Fraga es Ferrer Selat, un pico-de-oro del empresarialismo monetarista, liberalista salvaje y marchoso. Se codean mucho. Hubo algunos partidos de derechas en la manifestación anti/ Pinochet del domingo, pero fueron protestados por la horda/hidra. Es el pico de Fraga, el fraguismo que quisiera ser democrático y no le sale o la gente no se lo cree. Don Manuel y pico es el pico doblado de páginas amarillístas o editoníales sepia que le sobran, a la Prensa que nos falta. José Pedro Pérez Llorca, un lobo estepario que se le pasó a Hesse, se va al Instituto Empresarial Americano, a largar. Cerca o lejos de Fraga, es don Manuel y pico, el peligroso, revuelto y conflictivo pico de la derecha/derecha que le sobra a don Manuel para demócrata y le falta para ganar jamás unas elecciones. Doña María Victoria Fernández España, que ahora vuelve a ser la Pacheca goyesca en fino de la política nacional, es otro pico que se le nota mucho al picudo don Manuel. Jazz en Arenal Club, con Vladimiro Gas y otros, adonde me acojo todas las noches. El jazz fue la música de los negros espirituales que éramos bajo el fraguismo. Bruce Sprintteen en RockIOla. Daniela Romo descubierta por Hispavox. La juventud, cuyo lenguaje natural es la música, es el pico que siempre le faltará a don Manuel. Me exilio en las Canarias con dulce compañía. Umbral y pico. Lo más peligroso, hoy, en la vida nacional, es don Manuel y pico, no ya por él, que hasta va pareciendo demócrata, sino por el pico. Picos-de-oro de Herrero/Miñón y Ruiz Gallardón. La juventud está en el pico y el globo. Una veterana drogota me lleva a no sé dónde, entre Plaza España y Príncipe Pío, a comprarse material. Gente que se termina en sí misma. Don Manuel se prolonga en el pico. Ojo al pico.
FRANCISCO UMBRAL
MIRET MAGDALENA
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