La actualidad parlamentaria
( ... ) Aparte de alguna discusión concreta y de proclamaciones y gestos testimoniales, el Senado ha actuado como Cámara de repetición del Congreso, cumpliendo con ello su función de revisar y moderar la posible espontaneidad de la Cámara Baja, pero sin aportar apenas nunca correcciones significativas o conseguir devoluciones de proyectos legislativos. No es que ambas Cámaras tengan que rivalizar, pero tampoco ser una la sombra de la otra.En el Congreso, el juego parlamentario ha gozado de cierta viveza en contadas ocasiones, aunque cabe la esperanzade que, de acuerdo con el anuncio de PecesBarba, cobre mayor agilidad con la nueva reglamentación anunciada. Su mayor vicio ha consistido en la imposición de la mayoría mecánica sin atender suficientemente a las razones de la mi.noría. En ocasiones como la reciente discusión en la Comisión de ilusticia de unas enmiendas sobre el aborto, et mismo Grupo Socialista ya había dicho de antemano que se rechazarían todas las enmiendas, con lo que la celebración del debate carecía no sólo de interés, sino incluso, de razón de ser.
El parlamentarismo de los grandes discursos, como el de los tiempos de Castelar, o las alocuciones al estilo de Prieto, Gil Robles o Manuel Azafia, parece ya inadecuado para una época en la que cada político tiene a lo largo de una sola jornada múltiples oportunidades de responder a las preguntas que constantemente se le hacen a través de todos los medios de difusión. Pero si algún día, en el Parlamento, deja de escucharse lo que dice quien no tiene detrás escaños suficientes para imponer su opinión, se habrá desfigurado su función, que es la de hablar para convencer. ( ... )
14 de septiembre
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